jueves, noviembre 21, 2024

evercom lleva a debate la influencia de la Inteligencia Artificial. Si Google nos hizo ignorantes, ¿la IA nos hará perezosos?

La conversación sobre Inteligencia Artificial se ha transformado: se ha dejado de hablar de ella para definir el futuro, para empezar a analizar de qué forma está influyendo en el presente. Parece incuestionable que las herramientas de IA y su uso, cada vez más global y cotidiano, han empezado a modificar nuestros hábitos y habilidades. En el centro de los discursos y debates sobre la magnitud de esta influencia, suele encontrarse una pregunta: ¿nos hará menos curiosos?

Por Redacción, 22 de julio de 2024

La creatividad y, fruto de ella, la manera en que interactuamos a nivel social, habitualmente ha estado ligada al grado de innovación o a los avances tecnológicos que han definido las diferentes épocas que ha transitado el ser humano. Teniendo en cuenta el contexto actual, Silvia Leal, experta en tecnología y nuevas tendencias y Senior Advisor de evercom plantea: “¿No es cierto que cada vez tenemos más dificultades para memorizar porque ya no nos hace falta hacerlo tanto? Estudios recientes demuestran que el coeficiente intelectual de la sociedad está disminuyendo, algo que nunca había sucedido. ¿Es culpa de la tecnología o de cómo reaccionamos nosotros a su presencia?”

Según José María Lassalle, expolítico, escritor y Senior Advisor de evercom, que recientemente publicó el ensayo Civilización artificial en el que analiza las consecuencias de la integración de las IAs en nuestra realidad, da por sentado el impacto que estos recursos van a tener en las personas, especialmente en su espíritu crítico y creativo. Sin embargo, encuentra que esta situación también supondrá una ventana de oportunidad para el desarrollo de nuevas capacidades. “Habrá que reconducir nuestra curiosidad para tratar de desplegar capacidades asociadas a plantear buenas preguntas”, afirma.

Esto, que tiene que ver con los modelos de interacción entre los usuarios y las Inteligencias Artificiales, basados en el paradigma pregunta-respuesta, será clave, tal y como explica Ander Serrano, responsable de innovación de evercom: “Como señala José María, creo que las herramientas de Inteligencia Artificial van a reconfigurar nuestra manera de formular preguntas para encontrar respuestas. Pongo un ejemplo: cuando nuestra referencia de acceso al conocimiento eran las bibliotecas, no nos quedaba más remedio que aprender a manejar las referencias bibliográficas que tenían los tesauros de los archivos documentales. Entonces llegaron los buscadores y aprendimos a hacerle preguntas a Google. Si ahora nos acostumbramos a interactuar con las IAs para responder a nuestras necesidades, acabaremos desarrollando las habilidades necesarias para explotar todo su potencial”.

Una cuestión de educación

Según datos ofrecidos por Ranstad Research a principios de este año, el 46% de las empresas españolas aseguran utilizar la Inteligencia Artificial en su día a día. Las compañías encuestadas destacan que el uso de la IA se centra en la predicción de datos, la optimización de tareas administrativas y la automatización de procesos productivos. Sin embargo, dentro del imaginario colectivo, son las propuestas vinculadas a la creatividad las que mayor impacto y debate social generan.

Los tres expertos coinciden en que, ante los retos que plantea este nuevo modelo de relación con el entorno, que va a afectar tanto a las dinámicas de interacción social como a las laborales y también al acceso a la información o a la creación, la educación se erige como pilar para encontrar estabilidad en momentos de incertidumbre.

“El aprendizaje requiere una metodología acostumbrada al error y al esfuerzo”, explica José María. “Para aprovechar la oportunidad que brinda la IA hay que desarrollar una pedagogía investigadora distintiva, que canalice el uso de estas herramientas hacia la búsqueda de soluciones más selectivamente creativas y de base humana”, señala.

“La clave está en la formación, sin duda”, comenta Silvia. “España está a la cola de la productividad de la zona euro y el Banco de España explica que el problema reside precisamente ahí: en la formación. Creo que, para favorecer el cambio de mentalidad respecto a estas herramientas, tenemos que hacer entender que pueden ayudarnos a resolver retos como este”, asegura.

Ander Serrano, por su parte, incide en cómo desde las instituciones y las empresas, y especialmente desde las agencias de comunicación, es fundamental trabajar en un discurso alejado de las posiciones más apocalípticas: “Crear una cultura favorable al uso de la IA es importante, perderle el miedo y combatir contra los estigmas que se están construyendo a su alrededor es vital. Va a cambiar nuestra forma de trabajar y de relacionarnos con la tecnología, pero como esa ola es imparable, es mejor aceptarlo con naturalidad y aprender a utilizarla”, comenta.

Nuevas forma de ver el mundo

En el universo de la comunicación, los recursos y herramientas de IA han supuesto un punto de no retorno en la manera en el que las marcas e instituciones interactúan y se relacionan con las personas. Pero esto ha sido consecuencia, a su vez, de las exigencias derivadas por los consumidores fruto de las posibilidades que ofrecen estos avances.

“Está claro que nos asomamos a un mundo en el que el ser humano ha de desarrollar capacidades críticas de discernimiento que le permitan chequear el simulacro de lo real”, comenta José María ante la perspectiva de futuro. Sobre esto, Ander considera que: “Lo más importante es que mantengamos la soberanía de lo que deseamos como especie. Es decir, debemos decidir el papel que queremos reservarnos a nosotros mismos”.

Parece claro que los debates alrededor de la Inteligencia Artificial ya han superado ampliamente la parcela de la duda sobre su impacto para intentar centrarse en tratar de elaborar una fotografía precisa de cómo será la sociedad que quede tras su asimilación.