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10 claves para ganar un debate en televisión

REDACCIÓN Viernes 11 de diciembre de 2015

El lunes, día 14, la Academia de la Televisión reunió a Mariano Rajoy y Pedro Sánchez en un interesante debate entre los líderes de los dos primeros partidos españoles. ¿Cómo debe comportarse un candidato para ganar un debate televisivo?

En época electoral como la que estamos viviendo abundan los debates televisivos entre las distintas fuerzas. Al debate del lunes, le antecedió una semana antes el organizado por Atresmedia, moderado por Vicente Vallés y Ana Pastor, que reunió a Soraya Sáenz de Santamaría, Pedro Sánchez, Albert Rivera y Pablo Iglesias.


Sobre este fenómeno, la consultora Mas Consulting ha elaborado un análisis con una serie de claves que hacen que un candidato político gane un debate televisivo:

 

1. Estudia y ensaya.

La primera fase del debate es el predebate, en el que se negocian los formatos y las reglas del cara a cara. En Estados Unidos se encarga la Comisión de Debates Presidenciales (http://www.debates.org/), en España representantes del equipo de campaña de cada partido. El candidato ha de conocer al detalle cómo se desarrollará el debate, los tiempos, los turnos, la escenografía, los temas a tratar, etc. Por ello, la preparación y el ensayo es importante, ya que en la medida en que el portavoz se sienta cómodo con su discurso, sus argumentos y todo los elementos externos, será capaz de transmitir mayor seguridad.

 

2. Conoce a tu adversario.

El equipo de campaña debe trabajar con el candidato ayudándole a conocer los puntos fuertes y puntos débiles de sus adversarios, su estilo como orador, sus trucos, sus mensajes, etc. Las grandes batallas se ganan antes de llegar al terreno de juego, por lo que un buen archivo audiovisual con intervenciones de los oponentes puede ser un gran aliado para preparar un debate.

 

3. Define tu estrategia.

Una vez estudiado a fondo el formato y el adversario, se debe establecer la estrategia que se seguirá delante de las cámaras. La mejor improvisación está perfectamente preparada, por lo que el candidato tiene que comenzar el debate con una hoja de ruta sobre qué, cómo y cuándo decirlo.

 

4. Condensa tu mensaje.

Uno de los mayores problemas de los políticos suele ser el intentar contar todo pero en televisión el tiempo es limitado. Menos es más. Siempre debe primar la calidad frente a la cantidad de información.

 

5. No aburrir.

Los políticos suelen estar acostumbrados a regirse por los códigos del Congreso o las comisiones, que suelen ser la antítesis de la diversión. Por ello, el candidato ante las cámaras no puede hablar del mismo modo que en un parlamento. El porcentaje de personas que cambiarán de canal durante el debate será directamente proporcional al uso de términos técnicos y jurídicos habitualmente empleados en la política. El éxito de la televisión se basa en conectar con la gente a través de las emociones y, guste o no, los mejores oradores de la política a lo largo de la historia eran muy conscientes de este punto. Ronald Reagan, Bill Clinton o John F. Kennedy conocían muy bien el poder de las emociones para llegar al público.

 

6. Da buenos titulares (y tuits).

En el mejor de lo casos, el debate será seguido por una gran audiencia pero la gran mayoría de los ciudadanos se hará una idea de lo que se ha dicho (y quién ha ganado) por lo que se comente en las redes sociales y por lo que lea en los periódicos, oiga en la radio y vea en la televisión al día siguiente. Por ello, la clave es ofrecer buenos titulares, complementados con ejemplos y anécdotas.

 

7. Prepara tu apertura y tu cierre.

La apertura y el cierre son normalmente los momentos de mayor interés en el debate y el candidato debe prepararlos con esmero. Cómo quiere arrancar y qué tono quiere marcar y qué último mensaje quiere transmitir en el cierre para que los votantes confíen en él son clave para un buen debate.

 

8. Vístete para que nadie hable de tu atuendo.

Aunque a los medios de comunicación le encanta este asunto, las corbatas, los trajes y los peinados no ganan debates. El público se quedará con una impresión general sobre el candidato: si transmite confianza, firmeza, enfado, humor, empatía, tibieza, confianza, etc. Esa impresión es el cúmulo de muchos elementos y la apariencia externa es uno más. La clave es que el atuendo y los complementos pasen lo más desapercibidos posible y que no empañen lo esencial: el mensaje.

9. Vigila tu lenguaje corporal.

Tan importante es lo que se dice, como la manera de decirlo. Los gestos, la mirada y la voz comunican tanto como las palabras, así que es importante que el lenguaje corporal acompañe y refuerce nuestro mensaje. La clave está en la naturalidad y corregir los tics más molestos. Las cámaras siempre desmontan lo artificial y agradecen la sinceridad.

10. Coordina a tu equipo para el postdebate.

Las tres fases del debate son: predebate, debate y postdebate. El trabajo no termina cuando se apagan los focos y las cámaras. Hoy en día, cuando el ciclo informativo dura 24 horas y hay una conversación constante a través de las redes sociales, el candidato necesita contar con un buen equipo capaz de transmitir un mensaje coordinado sobre qué ha pasado en el debate. Los medios de comunicación y las redes suelen ser los jueces que determinan quién gana y quién pierde, por lo que la labor de influencia sobre los jueces forma parte de la liturgia del postdebate.