MARIETA JAUREGUÍZAR, DIRECTORA DE COMUNICACIÓN DE FUNDACIÓN PONS Domingo 9 de diciembre de 2012
Que hoy los medios tradicionales están pasando un mal momento y están en completa revolución, es una realidad. Que para una mediana o pequeña empresa es complicado salir en los “papeles” es otro hecho. Que es difícil presentar con éxito un producto y más un servicio nuevo, que empieza desde cero, también.
¿Pero qué pasa con las ONG, fundaciones y otras entidades sin ánimo de lucro, que su objetivo no solamente es darse a conocer, si no que muchas veces esa comunicación es clave a la hora de captar fondos, voluntarios o benefactores y por lo tanto está en juego la viabilidad del proyecto? Pues que como titulaba, es más difícil todavía: hay que redoblar esfuerzos y más en una época como la actual, en la que la mayoría cuenta con menos recursos y se han reducido drásticamente las subvenciones públicas. Todas tienen necesidad de comunicar y difundir sus objetivos, tanto al exterior, como a sus miembros o patronos, para dar continuidad a los proyectos.
Parto de la base que esa comunicación tiene que estar en manos de personal especializado/agencia profesional. Esto es algo que parece obvio, pero en muchos casos son organizaciones con escasez de recursos, que hacen malabares en el trabajo diario, por lo que la mayoría no puede o quiere dedicar fondos a tener empleados expertos que desarrollen el plan comunicación. Este es el primer paso, sin el que no se puede avanzar. Hay que profesionalizarlo, como en cualquier otra empresa o institución.
Una vez esta claro el equipo, tiene que empaparse a fondo la organización, tener claro los estatutos y entender bien la estructura y sus objetivos, valores diferenciales e identidad. A partir de ahí, tendrán que definir la imagen que quiere proyectar la organización, con transparencia, teniendo en cuenta que son entidades cuyo objetivo no es la cuenta de resultados sino la buena gestión de los servicios que prestan. Y comenzar a desarrollar una estrategia clara de comunicación, dotando de medios y donde confluyan elementos como la publicidad, marketing, patrocinio o las relaciones externas e institucionales, para que la sociedad reciba con fluidez y eficiencia la información sobre sus actividades.
Lo mismo que para cualquier otra empresa, para una ONG o Fundación es clave construir su mensaje con coherencia y tener al día los canales las herramientas de comunicación más habituales como la web corporativa que favorece la inmediatez de su publicación o newsletter a los “amigos” de la Fundación (cuidado con la protección de datos). Con especial hincapié en la memoria anual y documentación sobre las acciones (sencillo, claro, visual y entendible). También tener presencia en las redes sociales, que pueden difundir rápidamente el mensaje, creando reputación “online”. Y sobre todo es necesario saber que se comunica cada año y a quien, cual es su público destinatario, para poder destacar en prensa general o especializada.
Una herramienta muy válida para las fundaciones son las acciones formativas, jornadas de reflexión o conferencias sobre diferentes cuestiones, además de los eventos corporativos dentro del entorno en el que se muevan, que ayudan a dar visibilidad a sus proyectos, mas si son con personalidades reconocidas en el sector. Y la participación en foros públicos temáticos como invitados, ya que dan visibilidad y “networking” con otras empresas o instituciones con las que colaborar.
También preparar estudios, análisis sobre el sector o mercado y programas para empresas (sobre todo en aquellas dedicadas a la investigación) que puedan influir en la sociedad, pueden ser muy útiles para divulgar el objetivo y proyecto de una entidad sin ánimo de lucro. Siempre, eso sí, pensando al publico que va dirigido, con datos, cifras y titulares interesantes.
Otro punto a tener en cuenta es la sede de la Fundación, que suele ser un espacio de encuentro para organizar las diferentes actividades, donde el apoyo de la comunicación visual y el trato personalizado son imprescindibles, y debe estar alineado con el mensaje, para aprovechar cada acción, exposición o jornada para tener un buen “impacto”.
En definitiva, el papel social y el trabajo de las fundaciones tienen un papel esencial para la toda la población y en muchos casos unas sencillas herramientas gestionadas por profesionales, pueden ayudar a mejorar la imagen de su proyecto, y por tanto asegurar su desarrollo y sostenibilidad futura.
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