ALMUDENA ALONSO, DIRECTORA GENERAL DE COHN & WOLFE Martes 2 de julio de 2013
Almudena Alonso, directora general de Cohn & Wolfe, publica un interesante post en el que plantea a las agencias de comunicación dos líneas de mejora tras reconocer algunos errores habituales.
En su post, Almudena Alonso se refiere a los datos recogidos en el Estudio sobre Periodismo Digital 2013 que indican que las fuentes que menos fiabilidad tienen entre los periodistas se encuentran los políticos, las agencias de comunicación, los responsables de marketing y los community manager. “No diré que nos lo hemos ganado a pulso, pero tenemos parte de culpa”.
“¿Qué se sigue haciendo mal en el mundo de las agencias de comunicación para que se perpetúe esta mala imagen y no se nos considere comunicador fiable?”, se pregunta la directora general de Cohn & Wolfe, para hacer a continuación la siguiente autocrítica:
La voz de su amo. Un buen consultor debe ser el que realiza un análisis independiente, identifica el problema y ofrece soluciones factibles, aunque a las organizaciones no les guste escuchar el problema ni ponerle remedio porque implica asumir errores y modificar en profundidad actitudes y formas de trabajo. No es plato de buen gusto decir a alguien algo que no quiere escuchar, pero en un entorno de competitividad creciente, guerra de precios y negocio menguante, aumenta aún más el miedo de las agencias a dar consejos que no sean bien recibidos por parte del cliente.
Exija a su agencia que le sea sincera, que analice a fondo las situaciones y le saque de su zona de confort porque la única forma de construir una reputación sólida es definiendo un plan de comunicación que se base en comunicar valores y tener muy en cuenta la opinión de sus públicos. La comunicación que no sea auténtica y se base en lo anterior saldrá cada vez más cara y será menos creíble.
Menos recursos, más cortoplacismo. Muchos clientes y compañías quieren pagar menos y solo piensan en un apoyo muy táctico, enfocado en el corto plazo y en sacar adelante lo urgente y “apretar”. Muchas agencias aceptan condiciones que no son razonables y tiran hacia abajo la calidad del sector (como dice Silvia Albert en su blog, “si pagas una birria, tendrás una birria”). Con este planteamiento se pierde perspectiva estratégica y no se está trabajando en la construcción de marca y reputación de forma consistente. Y eso lo notan los medios y las audiencias finales.
Una agencia que trabaja sin margen, con un equipo desmotivado o que simplemente tiene una visión muy parcial de la marca/empresa, no va a aportar valor, ni ser proactiva ni estratégica. Bastante tiene con apagar fuegos y encontrar ángulos informativos que consigan repercusión en medios, aunque sean estrellas fugaces.
¿Qué piensas sobre esta reflexión? ¿Qué otras autocríticas podrían realizarse?
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