SONIA RUIZ, DIRECTORA DE PRIDECOM Jueves 10 de octubre de 2013
No hay mejor fan que el que construye la empresa cada día, un rol que asume el que debería ser nuestro primer cliente: el empleado.
Si muchas empresas ya han entendido que generar una experiencia cliente única es clave para su competitividad, aún son pocas las que trabajan para generar esa misma experiencia en sus plantillas.
La huella que dejemos en nuestros clientes será directamente proporcional a aquella que estemos dejando como empresa en nuestros colaboradores. Bajo esta premisa, la intención de convertir en embajadores a nuestros empleados debe ser entendida como la prioridad de la Comunicación Interna que se presenta así como palanca estratégica del negocio.
Pero ¿cómo conseguir en estos momentos de duelo inducido por la crisis plantillas motivadas y defensoras de los colores de mi marca?
La respuesta está en una nueva manera de entender la comunicación interna en la que el colaborador está en el centro. Olvidando los dictámenes de una información corporativa retenida y priorizada por el departamento de comunicación, la nueva Comunicación Interna es capaz de generar una conversación 360º dentro de las compañías.
Veamos algunos tips que nos ayudarán a crear un plan de Comunicación Interna generador de fans:
– La comunicación al servicio de la estrategia sí, pero si queremos retorno, tendrá que presentarse al gusto del consumidor: Con un colaborador cada día más conectado e hiperinformado nuestros canales deben estar pensados en consonancia con sus hábitos de acceso a la información. Si nos remitimos al último informe sobre la sociedad de la información de la Fundación Telefónica, vemos que más de 6 millones de españoles ya son comunicadores sociales permanentes, 8 de cada 10 internautas están en redes sociales y el consumo de Apps por Smartphone y en formato audiovisual tiene crecimientos de dos cifras. Entonces, ¿sigues pensando que tu revista en papel tiene lectores?
– Recuperar la ilusión: Las empresas que comunican su estrategia y objetivos de forma clara y transparente son las que reportan mayores niveles de engagement y hasta un 30% más de beneficios que el resto. Herramientas como el storytelling o el visual thinking aplicadas a la comunicación interna estratégica nos ayudan a transmitir conceptos que necesitan de una cierta proyección en el empleado. Y es que para estar comprometido con mi empresa es esencial que primero pueda entender mi contribución en esos resultados de futuro.
– Liderar con el ejemplo: El 70% de los empleados afirma que su manager directo es el canal que mayor credibilidad tiene, por lo tanto nuestra labor como comunicadores debe dejar espacio para trabajar la Comunicación del líder, formarle y acompañarle en su rol de comunicador es esencial para que entienda el impacto de sus palabras y de sus actos. Y es que la coherencia entre el dicho y el hecho es pilar para la credibilidad del mensaje.
– Apostar por las acciones de afiliación: El concepto de fan va íntimamente ligado al de tribu. De hecho esto queda patente si nos remontamos a los orígenes de la palabra comunicación en la que aunamos el compartir en grupo por un objetivo común. En este sentido, las acciones de voluntariado corporativo serán una buena palanca para generar un sentimiento de equipo que de modo voluntario se construye por un bien común.
– Reforzar los comportamientos excelentes: El reconocimiento de las mejores prácticas nos permitirá hacer vivir los valores de la empresa. Solo si estos cobran vida en el día a día se convertirán en un hábito para nuestras plantillas. Así, debemos incitar a nuestros mandos en costumbres muy sanas para nuestra cultura corporativa como el reconocimiento público de las Best Practices.
– Dar voz al empleado: El valor más sostenible que tiene una organización es sin duda el talento de sus equipos. El Social Media nos ofrece hoy en día herramientas muy potentes para detectar, potenciar y distribuir el talento dentro de la casa. Las redes sociales corporativas en concreto han llegado para desterrar las intranets unidireccionales por su potencia para ser un entorno perfecto de trabajo colaborativo en el que el empleado dinamiza una conversación corporativa 360º basada en la inteligencia compartida. Y además, un empleado embajador acostumbrado a utilizar redes sociales corporativas será sin duda tu mejor embajador 2.0.
– Crear un clima de confianza: Si como veíamos, el manager es uno de los canales con mayor credibilidad, al igual que ocurre con los clientes, las recomendaciones de nuestros pares aportan tranquilidad y confianza. Por eso el uso del video protagonizado por los propios colaboradores es una baza importante para recrear el cara a cara que en nuestras organizaciones cada día más dispersas es difícil de propiciar.
Un último punto sería “Medir para mejorar”. Porque cada empresa es un mundo deberemos ser capaces de medir los impactos de cada una de nuestras acciones para poder elegir el canal que mejor se adapta a cada momento de información. De ahí la importancia de establecer patrones de medición de impacto, y no de actividad como se viene haciendo, si queremos que nuestro querido mundo de intangibles se gane la confianza del comité de dirección.
Ahora que tienes las claves ¿te sientes preparado para tener una avalancha de fans?