BEATRIZ DE ANDRÉS, CEO DE ART MARKETING Viernes 11 de mayo de 2018
Durante años me negué a reconocerlo. Me parecía que elaborar una buena historia y tener los contactos adecuados era material suficiente para mantener a flote este sistema de vida de los periodistas sin medios de comunicación. Pero me equivoqué.
ARTÍCULO PATROCINADO POR PUNTONEWS
La crisis económica que empezó en el 2008 fue una bomba que dejó muchos escombros. En los primeros años de la recuperación, muchos profesionales que se habían quedado sin trabajo comenzaron a operar como autónomos y freelances, con costes fijos mínimos e inexistentes y “el hambre” de currar en lo que fuera, se tiraron los precios de nuestros servicios, dejando los precios de hora de trabajo por debajo de un mínimo digno. Se esperaba que, al remontar de la crisis, se pudieran recuperar los puestos de trabajo perdidos, pero no ha sido así.
Una década más tarde del “bajón”, nos encontramos que nunca más podremos ser los que éramos. Nuestra forma de trabajar es tan distinta, lo que nos demandan los clientes es tan diferente, que es casi imposible adivinar donde estaremos en otros 10 años. Mi impresión es que nos dirigimos a un entorno cada vez más volátil en el que tendremos que lidiar con las fake news de forma tan cotidiana como hoy mandamos una nota de prensa o hacemos un clipping. Que nuestros clientes no estarán interesados en salir en los medios de comunicación porque simplemente, no se consumirán los medios de comunicación conocidos hasta ahora (éstos sí que tienen un problema).
A medida de que sea generalizado el relevo generacional en los directivos de las empresas, se demandarán otro tipo de relaciones, y otra forma de medir los resultados, cada vez tendrán que ser más “pegados” al negocio, con unos KPIs claros y determinantes, incluso vinculados a los honorarios.
En cuanto a los escenarios, no será solo una cuestión de elegir canales, sino de que el consumo de información y publicidad será muy diferente. Las personas con más capacidad adquisitiva, pagarán por consumir medios que no tengan publicidad (ya ocurre con las plataformas de tv digital) y la publicidad tradicional quedará relegada a un mercado con menor capacidad de compra, por lo que los anunciantes deberán reorganizarse y tener otras formas de llegar a sus audiencias.
Como se automatizarán muchos procesos, no tiene sentido que “hagamos” tantas cosas, así que nuestro valor estará (está ya) en pensar más y ayudar a pensar a los clientes.
Artículo de Beatriz de Andrés, CEO de Art Marketing