VIRGINIA HUERTA, MANAGING DIRECTOR DE TEXT 100 ESPAÑA Viernes 11 de mayo de 2018
Creo que la comunicación ha sido, es y será una constante en nuestras vidas. Todo gira alrededor de la comunicación, desde la publicidad hasta las herramientas más sofisticadas del nuevo marketing.
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Considero que, para entender el presente y el futuro de la comunicación, es importante poner en perspectiva la transformación que se ha producido en los últimos años, reflexionar sobre ello y afrontar los futuros cambios.
¿Cómo podemos mantenernos al ritmo del cambio impulsado por la tecnología? ¿Seremos todos espectadores en una transformación distópica donde los ordenadores y los robots nos reemplazarán?
Yo veo el futuro de otra manera. Las nuevas tecnologías nos ofrecen la oportunidad de redefinir nuestro trabajo y el de nuestros empleados, así como la manera en que resolvemos los problemas de las empresas. Podemos vivir esto como una oportunidad para reevaluar prácticamente todo sobre nuestra profesión, con el fin de hacer que nuestro trabajo sea más productivo, más gratificante y más humano.
Quizá lo más importante que estas tecnologías nos devuelven es el tiempo. Si ya no tenemos que perder tiempo en lo ordinario y mundano, podemos reinvertirlo en lo extraordinario y en lo excepcional. Tendremos la libertad de desarrollar mejores estrategias, ofrecer mejor consultoría y ampliar los límites de nuestra creatividad. Estas son cosas que aportan valor real a nuestras organizaciones y clientes. Nosotros, como humanos, podemos hacer cosas extraordinarias que las máquinas no pueden hacer. Al aprovechar las nuevas tecnologías como el Deep Learning , Mixed Reality y Blockchain podemos hacer más, de forma más creativa y ofrecer más valor.
Personalmente creo que la ventaja competitiva del futuro no reside en lo que vende una empresa, sino en si puede o no usar el poder de la tecnología y el potencial humano para crear una experiencia que defina su marca. Las empresas que puedan ofrecer esa experiencia de manera consistente y comunicarla de manera más efectiva, serán las que marquen la diferencia.
Por tanto, el reto con el que nos encontramos es saber comunicar esa experiencia: atraer a los clientes y conservarlos.
En realidad, es un reto al que doy la bienvenida, ya que requiere un uso inteligente de la tecnología y las relaciones personales que siempre han sido parte del trabajo de los comunicadores. En lugar de buscar tecnología para reemplazar a las personas, las compañías innovadoras pueden usarla para reemplazar lo mundano, liberando a las personas para que hagan el trabajo que la tecnología no puede hacer.
También existe el papel más crucial y humano de todos: seguir siendo los guardianes de la equidad y los valores, de los principios éticos y la confianza. Podemos, y debemos, hacer algo que las máquinas no pueden hacer: usar nuestro juicio.
La última pregunta que cada uno de nosotros deberíamos hacernos es si estamos dispuestos a cambiar con todo esto. Nuestro reto es aprender a utilizar estas herramientas, incrementar nuestras fortalezas y adquirir nuevas habilidades. Nos espera un futuro apasionante de contar historias, conectar con la gente y construir relaciones humanas profundas y significativas.
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