CARLOS MATEOS, DIRECTOR DE COM SALUD Viernes 11 de mayo de 2018
La comunicación está cambiando de canales, de lenguajes, de contenidos, de formas y de tiempos, y en la salud ocurre lo mismo.
Hay una generación que ya no se informa por los medios de comunicación y para los que los principales referentes no son los mismos que para sus hermanos mayores, mucho menos que los de sus padres. Por otro lado, y es común en todos los estratos, se consumen y comparten más contenidos con mayor rapidez, en los que todos quieren participar. No hay tiempo para la reflexión, para la explicación racional y prima el espectáculo, la emoción, la inmediatez. Por ello funcionan mejor en comunicación los contenidos audiovisuales, las campañas que apelan a la emoción y los espacios en los que se pueden compartir sentimientos e ideas.
En el ámbito de la salud, hay una transformación adicional en el modelo comunicativo. Los profesionales sanitarios ya no son los principales referentes de información para gran parte de los pacientes, que se informan e incluso cada vez más se forman de manera autodidacta y quieren ser tenidos en cuenta en la toma de decisiones. Los pacientes han asumido un rol protagonista en la comunicación a través de asociaciones de pacientes y de iniciativas individuales que consiguen calar en la sociedad y generar decisiones políticas o incluso multiplicar donaciones solidarias.
Las agencias de comunicación que deseen tener éxito en salud deben conocer muy bien los nuevos contenidos, canales y lenguajes que están manejando los diferentes actores de la asistencia sanitaria, incluidos los que son ajenos al mundo de la salud pero son referentes en hábitos de consumo para muchos jóvenes, y saber interaccionar con todos ellos. La comunicación unidireccional ha muerto hace tiempo, aunque algunos se empeñen en monologar, incluso en redes sociales, sin capacidad de escucha y reacción. El reto que tenemos las agencias especializadas en salud no sólo es comunicar con impacto a los profesionales sanitarios y pacientes sino conseguir motivar a todos los agentes implicados en la salud y la conversación continúe creciendo a partir de los caminos que abramos. Nuestra iniciativa #SaludsinBulos es un ejemplo de ello. En dos meses, la conversación ya cuenta con más de 60 millones de impactos en Twitter y es ya un referente en la información fiable de salud en la Red.