ARTÍCULO DE ESTHER BENITO (ATREVIA) / Siempre que estrenamos año, los medios se llenan de listados de tendencias realizados por todo tipo de gurús y expertos de diferentes disciplinas. Este 2022 hemos tenido hasta un revival de meteorología popular con las “Cabañuelas”, que pronosticaban de nuevo nevadas antológicas.
Por Esther Benito, Directora del Área de Comunicación Corporativa de ATREVIA / 18 de febrero de 2022
Por suerte para todos los que vamos a ejercer este papel, si se van descartando nuestras previsiones a medida que se desarrolla el año, nadie nos pide cuentas sobre la falta de acierto. Así que por eso me animo a plantear aquí tres temáticas, no con la intención de que sean profecías, sino para generar reflexión e ideas que ayuden a las organizaciones a revitalizar su comunicación en los próximos meses.
Microsegmentación local
La primera de las tendencias va a requerir un extra de análisis y de mimo en la creación de contenidos, y es que estamos en un momento con una gran necesidad de microsegmentación local a la hora de comunicar. Nos encontramos en un punto en el que la globalización se ha mostrado con una pandemia mundial y, al mismo tiempo, esto nos ha obligado a relacionarnos en un círculo mucho más limitado y con menos posibilidad de movimiento.
Además, tenemos que sumar que las diferencias entre los entornos urbanos y rurales se están acentuando, lo que nos va a obligar a ser especialmente cuidadosos a la hora de entender las potenciales implicaciones de nuestra comunicación cuando actuamos en ellos.
Analizar y comunicar desde una visión generalista sin entender adecuadamente el sentimiento local puede llevar a que nos encontremos de cara con la indiferencia o, en el peor de los casos, con una oposición frontal. Así que, tomemos nota y tengamos los mecanismos de escucha más abiertos que nunca.
Una conversación incómoda
La segunda tendencia va ligada de algún modo a la primera porque también tiene que ver con prestar atención a la particularidad, pero al mismo tiempo, demuestra que muchas personas tienen en común problemáticas que no se habían mostrado y que necesitan estar en el diálogo social. A esta tendencia podríamos llamarla una conversación incómoda.
Un buen ejemplo de ello es el creciente interés por hablar de salud mental en un momento en el que los acontecimientos vividos con motivo de la pandemia nos obligan a poner foco en ella. De igual forma, temas como la aceptación corporal, el suicidio, el acoso escolar, la infertilidad, la dependencia en la vejez, la integración de la discapacidad, los conflictos raciales… y tantas otros que durante mucho tiempo han estado fuera del foco de la conversación y, especialmente, de la comunicación corporativa.
Por supuesto, abordarlos implica un riesgo, pero en un momento en que el que la conexión de las empresas con la sociedad es compleja, quizá hay que repensar si para conseguirla hay que iniciar conversaciones más valientes.
Nuevos canales y formatos digitales
Y, por último, una tendencia que nos invita a mirar las múltiples posibilidades que se están abriendo para explorar los límites del contenido. Estamos en un momento en el que los creadores digitales han demostrado el potencial que tienen para conquistar audiencias masivas para sus canales, nuevas redes sociales han batido récords de incorporación de usuarios, los videojuegos y los gamers son las nuevas estrellas del deporte, y el metaverso parece cada día más cerca de fusionar la experiencia real y virtual.
Por eso, es clave que los que nos dedicamos a la comunicación no perdamos de vista estos espacios, que son más que simples canales, porque tarde o temprano estaremos inmersos en la necesidad de crear contenidos en ellos y para ellos. Numerosas compañías comienzan a mostrar su interés y, aunque solo el tiempo dirá qué iniciativas triunfan, ya hemos comprobado en ocasiones anteriores que todas ellas dejarán un aprendizaje que se incorporará a nuestro día a día y contribuirá a transformar la forma en la que desarrollamos nuestro trabajo.
Se presenta ante nosotros un año para estrenar y, aunque a veces desprendernos de la mochila de lo que venimos haciendo es difícil, es una oportunidad única para replantearnos cómo queremos que sea nuestra comunicación en los próximos años. Ya sabemos que los propósitos de año nuevo son difíciles de cumplir, así que mejor que ponernos metas imposibles, mantengamos los ojos y los oídos abiertos para aprender en el día a día. Seguro que a estas tendencias planteadas se sumarán otras muchas similares y hasta contrarias, todas ellas confirmando que la comunicación está más viva que nunca y tiene mucho por lograr.