Dos años después de su nacimiento, beBartlet se ha consolidado en el sector español de los Asuntos Públicos. Se definen como gabinete de incidencia pública y presumen de ser la primera consultora del sector liderada por directivos millennials. Al frente de la compañía se encuentra su presidente Adrian Jofre Bosch, un joven emprendedor con visión transformadora, que ha demostrado el éxito del modelo anglosajón de public advocacy: generar cambios implicando a la sociedad y a la opinión pública.
Por Mario Montero Raya / 2 de marzo de 2022
Adrian, ¿nos cuentas a grandes rasgos tu trayectoria profesional desde tus comienzos hasta ahora?
Tengo una trayectoria un tanto heterodoxa. Empecé trabajando en el mundo de la consultoría financiera, más tarde continué desarrollando mi carrera profesional en una startup de arte y finalmente he acabado dirigiendo un gabinete de incidencia pública. Estudié Economía en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona y, al acabar mis estudios, pasé varios años en el área de fusiones y adquisiciones de una consultoría. Allí me di cuenta de que teníamos grandes expertos en marketing, comunicación, modelos financieros… pero no había profesionales que se dedicasen a gestionar los egos de las personas y las emociones.
A raíz de esa reflexión, decidí especializarme y estudié un máster de negociación y resolución de conflictos en la Universidad de Columbia, una formación fundamental para poder realizar diariamente mi trabajo. La gestión de los egos y las emociones es fundamental en los Asuntos Públicos porque, a fin de cuentas, se basa en un trabajo con y para las personas. También tengo que decir que mi experiencia en consultoría financiera me ha aportado otras habilidades, valiosas en el día a día, como trabajar con método y orden para proporcionar entregables de calidad a nuestros clientes.
Por último, mi paso por una startup de arte me ha aportado la convicción de lo importante que es desarrollar la sensibilidad social, la creatividad y hacer las cosas de forma diferente.
Una pregunta obligada: ¿Por qué elegisteis la figura de Bartlet como nombre para la consultora?
El nombre de beBartlet viene del nombre del presidente Bartlet de la serie El ala oeste de la Casa Blanca que, con permiso de Yes, minister, puede decirse que es la primera gran serie política de televisión. A diferencia de otras series como House of cards o Scandal, en El ala oeste de la Casa Blanca el presidente Barlet tiene una visión transformadora de la política. En el resto de series existe una visión más negativa, de incluso violencia física y lucha por el poder. Bartlet, en cambio, con su visión en positivo de la política, era un presidente anómalo a la par que inspirador: un Premio Nobel de Economía que no tenía una trayectoria política, pero que quería ocupar un espacio de poder para poder así transformar su país.
En uno de los capítulos, Bartlet, inmerso en el cansancio, duda sobre si optar o no a la reelección presidencial. Entonces su jefe de gabinete, Leo McGarry, le pregunta: “¿y entonces tú por qué viniste a hacer política?”. Bartlet le explica qué le ha llevado hasta allí y, al final de la charla, el jefe de gabinete le dice: “Tengo el principio de la estrategia de tu próxima campaña: Let Bartlet Be Bartlet”. Sé tú mismo. Esta es la frase que marca nuestro modelo de consultora.
En beBartlet nos sentimos jefes de gabinete de nuestros clientes y pensamos que nuestra función es sacar lo mejor de ellos, como hace Leo McGarry. Nuestra labor es conseguir que las empresas, organizaciones o líderes para los que trabajamos sean ellos mismos, saquen su máximo potencial y sean capaces de transmitirselo a la sociedad.
Uno de los rasgos de vuestra consultora es que está liderada por directivos millennials. ¿Por qué crees que esto es una ventaja competitiva en el mercado?
En muchos aspectos, España es un mercado avanzado e innovador, pero en otros aún conserva ciertas dinámicas que nos lastran. Posiblemente, cuando nacimos muchos vieron a beBartlet con recelo y desconfianza por el simple hecho de ser jóvenes. Sin embargo, yo creo que precisamente ese es uno de nuestros valores más diferenciales y positivos. Que todos seamos de la generación millennial no quiere decir que no tengamos trayectorias profesionales de peso detrás. Esto nos lleva a entender la realidad política y social de España desde una perspectiva joven y con una concepción más cercana a esos nuevos liderazgos que van surgiendo. Además, nos permite ayudar a nuestros clientes a enfocarse en el futuro sin perder de vista su presente y su pasado. Porque los problemas a los que se van a enfrentar en el futuro son los problemas que nuestra generación está viviendo a día de hoy.
Uno de vuestros grandes proyectos se denomina Observatorio de Nuevos Liderazgos. ¿En qué consiste?
Desde beBartlet hemos apostado fuerte por el Observatorio de Nuevos Liderazgos, un espacio abierto, diverso y plural que dirige mi socio Nacho Corredor. En Nuevos Liderazgos identificamos a los nuevos talentos emergentes en el ámbito político, mediático, académico, empresarial, de innovación… para identificar nuevas maneras de hacer las cosas y cuáles son los elementos que nos caracterizan como generación. Se trata de un conocimiento de alto valor que nos permite anticipar las nuevas tendencias políticas.
El planteamiento es llegar a una serie de conclusiones que presentamos periódicamente a través de informes y que acompañamos con grupos de trabajo en los que se reflexiona sobre grandes cuestiones como el estado del bienestar, la crisis climática, el futuro del sistema nacional de salud, etc. Se trata de líderes emergentes de diferentes ámbitos e ideologías llamados a entenderse y a ocupar puestos de máxima responsabilidad.
¿Qué es lo que más destacarías en estos dos años de vida de la consultora?
Estamos estos días celebrando los dos años de beBartlet. Nuestro gabinete de incidencia pública nació justo dos meses antes del estado de alarma. No sabemos cómo nos habría ido sin la pandemia de la Covid-19, pero incluso con ella nos ha ido muy bien.
En estos dos años hemos demostrado que un nuevo modelo de incidencia pública es posible y rentable, además de sostenible en el tiempo. Apostamos por un modelo joven de empresa y por iniciativas propias que nos dan una ventaja diferencial en el mercado.
¿Qué es lo que más os diferencia de vuestra competencia?
El mix de una dirección millenial que trabaja mano a mano con asesores senior con gran trayectoria y reputación nos hace ser diferentes. En beBartlet convergen personas con una gran experiencia y otros profesionales más jóvenes como el economista Luis Moreno o Jorge Díaz Lanchas.
También destacamos por ofrecer servicios con una perspectiva generacional, apostando por proyectos propios como el Observatorio de Nuevos Liderazgos. Además, tenemos una altísima sensibilidad frente a brechas inherentes a nuestra sociedad como la de género, territorial, digital o la brecha entre el mundo público y privado.
Poco después de vuestro nacimiento, LLYC entró en vuestro accionariado. ¿Qué es lo aporta LLYC a vuestro negocio y que aportáis vosotros a LLYC?
LLYC nos aporta muchísimo. Estamos orgullosos de tener un socio minoritario como ellos. El hecho de que, tras nuestro primer año, LLYC apostara por nosotros entrando en nuestro accionariado fue el respaldo a un modelo de negocio diferencial. Además, es perfectamente complementario desde una lógica de colaboración. Toda la trayectoria de LLYC en los últimos tiempos, con su salida a Bolsa y su política de adquisiciones de otras empresas en todo el mundo, demuestran que tienen muy buen ojo, por lo que estamos orgullosos de formar parte de esa gran familia. Desde beBartlet, podemos aportar a LLYC nuestra visión generacional y un planteamiento diferente de hacer incidencia pública.
Existe un pequeño lío en la denominación de la actividad de los Asuntos Públicos. Lo más habitual es llamarla Asuntos Públicos, Public Affairs o Lobby. Sin embargo, vosotros os definís como “gabinete de incidencia pública”. ¿Existe alguna diferencia?
Los Asuntos Públicos llegan a España a través de las grandes empresas americanas de Comunicación, que ofrecían en su momento un servicio adicional de Asuntos Públicos. Aunque este sector ha crecido mucho en los últimos años, creo que aún hay camino que recorrer. En beBartlet tenemos un planteamiento más integrado, que entiende los Asuntos Públicos y la Comunicación como herramientas para desarrollar estrategias mucho más integrales y un asesoramiento mucho más personalizado.
El planteamiento tradicional de los Asuntos Públicos viene muy marcado por la práctica del lobby. El lobby es un planteamiento de relación con la administración pública que es “top down”; es decir, yo represento los intereses de un cliente y me voy a reunir con los gobiernos que pueden actuar en relación a ese interés, o me reúno con los reguladores que puedan desarrollar iniciativas que afecten a los intereses de esa compañía. Parte de la premisa que, manteniendo ese encuentro, las cosas pueden ser alteradas o modificadas. En beBartlet no creemos que, en el siglo XXI, en unas democracias consolidadas con un planteamiento de transparencia, una reunión con un decisor público deba cambiar las cosas.
Nuestro planteamiento, y esta es la definición de public advocacy, se basa en el modelo “bottom up”, que va de abajo a arriba. Nuestra contribución como gabinete de incidencia pública es a través del análisis de lo que está ocurriendo, de la objetivación de datos y de enriquecer el debate público con información de calidad que contraste con visiones que no están siendo analizadas o que no están disponibles en los medios de comunicación. Compartimos datos objetivos de forma transparente y es esa información la que puede generar cambios de percepción. Todo ello también se puede complementar dando voz a colectivos de la sociedad que hasta ese momento no lo tenían. Es ese caldo de cultivo, ese debate público, el que puede y debe tener un impacto en los decisores públicos. Por lo tanto, nuestro planteamiento va mucho más allá de compartir criterio y de alinear objetivos con una gran base social: creemos que debe ser esa gran base social la que, si ve valor en el planteamiento, provoque un cambio en la agenda gubernamental o regulatoria.
Háblanos del resto del equipo de la consultora. ¿Quiénes son y cuáles son sus funciones?
Esta es la pregunta que probablemente más ilusión me hace porque, como socio y presidente de beBartlet, si de algo me siento orgulloso es del equipo de personas con el que trabajo. Todos tenemos menos de 35 años, pero al mismo tiempo todos contamos con unas experiencias y trayectorias vitales muy destacadas.
Empiezo, como no podía ser de otro modo, por Nacho Corredor, el otro socio fundador de beBartlet. Inició su carrera profesional en LLYC, ha tenido una importante trayectoria vinculada al Ministerio de Política Territorial y Función Pública y ahora es el presidente del Círculo de Asesores de beBartlet e impulsa el Observatorio de Nuevos Liderazgos. Para mí, Nacho es un referente generacional en materia de medios de comunicación y probablemente uno de los mejores analistas políticos que existen en la actualidad; capaz de colaborar en tres familias de medios diferentes: Prisa, Atresmedia y Mediaset.
Luego tenemos a Alicia Ibarra, directora de Alianzas y Movilización Social de beBartlet. La fichamos cuando era la responsable de Comunicación de Save the Children, una ONG que destaca por sus campañas de comunicación e incidencia pública. Alicia ha sido capaz de colocar en la agenda pública el tema de la pobreza infantil de una forma espectacular. Previamente trabajó en la ONG Plan International, pero también en medios como La Sexta, lo que le ha ofrecido una visión transversal del Tercer Sector y los medios de comunicación.
Por otro lado, Ramón Mateo es nuestro director de Análisis e Impacto Regulatorio. Tiene una larguísima trayectoria en distintas instituciones y a diferentes niveles: municipal, autonómico y estatal. Su última posición ha sido la de coordinador de la Oficina Económica y del equipo de asesores técnicos del Grupo Parlamentario de Cs en el Congreso de los Diputados y en el Senado. Es una persona que conoce las instituciones, la regulación y el avance normativo perfectamente y que nos ayuda a entender el ecosistema burocrático y regulatorio.
Esta es la capa directiva de beBartlet, pero hay muchos jóvenes con talento por debajo y un Círculo de Asesores senior formado por Marta Pascal, Carles Campuzano, Cristina Monge o Javier Puig que generan la mejor de las dinámicas intergeneracionales.
¿Cuál es el perfil ideal de un consultor de incidencia pública?
Hemos decidido fichar como consultores de incidencia pública a personas que no vienen del ámbito de la consultoría ni de los Asuntos Públicos. Un valor adicional que aportamos es que contamos con talento joven, con experiencia profesional previa en ONGs, en medios, en instituciones públicas, en partidos políticos… profesionales que conocen cuál es la realidad del otro lado, pero que no son expertos consultores.
Al incorporarse, todos ellos viven unos meses de aprendizaje, pasando de ser periodistas, directores de comunicación o parte de un partido político o institución, a aprender a ser un consultor y a ayudar a nuestros clientes. Con lo cual, para mí el perfil perfecto del consultor es probablemente el no-consultor típico, una persona que brilla por algún aspecto concreto y que es capaz de transmitir ese conocimiento a nuestros clientes.
¿Qué proyectos de futuro tenéis para la consultora?
En beBartlet trabajamos en tres ejes de negocio claros. El primero es la transición ecológica; el segundo, la ciencia y la innovación; y el tercero, la política social. Queríamos focalizarnos en los temas que más preocupan a nuestra generación y nuestro foco principal está en seguir creciendo en este ámbito.
A nivel más técnico, vamos a potenciar un servicio que ya ofrecemos: los análisis de políticas públicas desde la perspectiva de un departamento de estudios. Se trata de un servicio que permite ver realmente hasta qué punto las demandas o los objetivos que tienen nuestros clientes tienen un impacto positivo para entornos colectivos de la sociedad.
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