ARTÍCULO DE ALEX BONET (ATREVIA) / En el último debate de Política General en el Parlament de Catalunya, el president de la Generalitat, Pere Aragonés, y el primer secretari del PSC, Salvador Illa, discreparon de temas claves para el desarrollo de su comunidad. Pero a pesar del desenlace en el Govern de aquellos días, también hubo coincidencias, como la necesidad de impulsar la transición energética.
Por Alex Bonet, director de Consultoría en ATREVIA Barcelona / 23 de noviembre de 2022En este asunto, ambos líderes también llegaron a otro punto de encuentro, como fue destacar el modelo de gestión basado en el diálogo social con el territorio que están implementando en Parc Tramuntana, unos de los proyectos de eólica marina cuyos promotores han mostrado interés en implantar un parque en Girona (Golf de Roses).
Illa y Aragonés alabaron su proactividad divulgando y acercando el proyecto a los actores locales y, sobre todo y lo más importante, el momento en el que estaban llevando a cabo esta tarea comunicativa: antes y de forma temprana al proceso de la licitación pública. Un modelo y una estrategia que contrasta con la forma de proceder en este tipo de proyectos, donde el proceso informativo con el territorio arranca una vez que se ha resuelto la concesión pública.
Este episodio da pie a analizar una situación que experimentaremos en los próximos años en España. Nuestro país se encuentra inmerso en pleno proceso de descarbonización y transición ecológica; y todo parece indicar que la eólica marina y sus parques se convertirán en una de las infraestructuras energéticas protagonistas una vez se apruebe el marco que regule la implantación de esta tecnología en suelo marítimo. La instalación de proyectos de grandes dimensiones cerca de un municipio ocasionará (como ha ocurrido históricamente en nuestro país y en otros) el posible desencuentro entre empresa y población por el supuesto impacto en el entorno.
Esta experiencia nos invita a reflexionar y cambiar el marco estratégico y la actuación con el objetivo de superar los errores y evitar los conflictos sociales generados por proyectos de grandes dimensiones en etapas anteriores. Cabe preguntarse por qué un proyecto como de los que estamos hablando, cuyo propósito siempre es un avance ya sea laboral, medioambiental, tecnológico o económico, genera tanto debate en la opinión pública y, en especial, en el ecosistema local. En esta reflexión hay un aspecto en el que hay siempre margen de mejora y este ha sido la estrategia de comunicación del proyecto, en concreto, la que impacta directamente con el grupo de interés próximo al territorio.
Es por ello que un modelo de diálogo social anticipado en el tiempo y basado en una estrategia en la que el territorio sea el centro representaría una oportunidad para construir esa legitimidad necesaria y generar confianza, así como para consensuar e integrar el parque con el territorio, mitigar conflictos futuros con los actores locales y evitar la demora en la construcción o la paralización de la obra.
Teniendo en cuenta la heterogeneidad del ecosistema de uno de estos proyectos -desde pescadores, agricultores, empresarios, vecinos, alcaldes o ambientalistas hasta diputados autonómicos y nacionales, periodistas o, incluso, el mismo regulador-, en la arquitectura de una estrategia sólida de diálogo social se deberían sustentar con un mínimo de estos 9 ejes de incidencia y vinculación que resultan determinantes con el entorno:
- Un marco de comunicación y una estrategia donde el vecino, el pescador o el empresario de la zona se sienta integrado en el proceso. Ganarse la confianza de parte de este stakeholder es clave para facilitar la obtención del “beneplácito” y elevar la estrategia a otros grupos de interés del ámbito autonómico y nacional más adelante.
- Una estrategia de comunicación invertida, de abajo arriba, que arranque en el ámbito local y evolucione hacia el entorno autonómico y nacional de forma progresiva. En un proceso regulatorio suma un clima moderado y controlado en el territorio en la configuración de la opinión del decisor y legislador.
- Un permanente y “quirúrgico” sistema de inteligencia y escucha para identificar los aliados y los opositores del proyecto, conocer sus relaciones, intereses y sensibilidades, así como avanzarse a potenciales crisis, movimientos o alteraciones de posición.
- Una narrativa a partir de vectores de consistencia de proximidad y enfocados en el carácter social, integrador y ambiental del proyecto más allá de su potencial y cobertura energético, que deben ser un factor inherente a cualquier propuesta.
- Un código discursivo declinado a cada público. La eficacia de la comunicación depende del grado de atención, entendimiento y convencimiento del mensaje. Por lo tanto, el tono, el lenguaje o el contenido debe adaptarse.
- Una comunidad activa y aliada que debe formarse con un modelo de diálogo bidireccional y conversacional, donde se informe del proyecto de primera mano pero, al mismo tiempo, se resuelvan dudas y se escuchen observaciones respecto al mismo.
- Un grupo de segundas voces acreditadas (investigadores, ambientalistas, legisladores de otros países…) que refuerce la narrativa propia, así como casos internacionales que se puedan usar como “buenas prácticas”.
- Una postura decidida, directa y permanente de comunicación ante más que posibles comentarios interesados en contra, dudas o fake news.
- Una estrategia de divulgación y uso de los canales y formatos de comunicación selectivo y para aportar valor en el debate y en la construcción de la reputación y confianza en torno a al proyecto.
Estamos ante un cambio de paradigma importante en la forma de hacer, cierto. Pero en un reto como el que se nos avecina en España como profesionales, empresarios y ciudadanos -un nuevo modelo energético para hacer frente a la emergencia climática-, debemos aplicar aprendizajes de etapas anteriores y otros países y ser atrevidos e innovadores, porque, de generar o no generar esta confianza o legitimidad de los parques con el territorio, depende no solo la transición, sino dejar un legado de bienestar a las futuras generaciones.