ARTÍCULO DE ASUN SORIANO (ATREVIA) / Desde 1987, marzo es considerado, en todo el mundo, el Mes Nacional de la Historia de la Mujer. A pocos días de dejarlo atrás, y de saltar a abril en el calendario de 2023, parece este un buen momento para reflexionar acerca de la efervescencia que nos han dejado las últimas semanas en torno, sobre todo, a una cuestión que se ha erigido como innegable protagonista de nuestra actualidad: la paridad.
Por Asun Soriano, CEO de Atrevia / 28 de marzo de 2023
A comienzos de mes, veía la luz la XI edición del Informe sobre Mujeres en los Consejos del IBEX 35 y la VI Radiografía del Mercado Continuo, que anualmente elaboran de forma conjunta ATREVIA e IESE Business School y cuyos resultados, este año, nos han dejado una fotografía muy clara: las compañías españolas están más cerca que nunca del 40% de paridad recomendado por el Código de Buen Gobierno de la CNMV para la composición de sus consejos. Aunque, si bien el deadline sugerido para alcanzar esta cifra se fijaba a finales de 2022, la realidad es que, al ritmo actual de progresión, no se dará por conseguido tal objetivo hasta el término de 2025.
Sin embargo, es un motivo de celebración el hecho de que el conjunto de las cotizadas españolas ya cuente con 390 consejeras, o lo que es lo mismo, 39 mujeres más que el año anterior, y que la presencia femenina en los principales órganos de dirección haya avanzado hasta lograr un peso relativo del 32,37%. En las empresas del selectivo, de hecho, esta cifra queda muy próxima al 40%, situándose en el 37,47%.
Aunque el IBEX vuelva a funcionar como motor principal de los avances registrados en todo el conjunto, fuera de él, las compañías del mercado continuo también continúan su particular carrera de fondo, y las mujeres representan ya un plausible 29,48% de sus consejos.
Al eco de los resultados de este análisis tras su presentación, se sumaba, apenas unos días más tarde, en vísperas del 8M, el anuncio, por parte del Gobierno, de la ley de representatividad paritaria entre hombres y mujeres, ya conocida como Ley de Paridad, que establece cinco nuevas medidas para garantizar un incremento de mujeres en los puestos relevantes de decisión del país, tanto en el ámbito público como en lo que respecta a empresas privadas.
Si algo está claro es que asistimos a una toma de conciencia importantísima por parte de las empresas españolas respecto a la necesidad de equilibrar sus consejos; un ejercicio de lucidez y una decisión estratégica que parecen ir acompañados de la determinación institucional que pasará a regular esta cuestión con fechas y cuotas con las que las compañías deberán cumplir en adelante, formalizando así un compromiso que vienen interiorizando progresivamente en los últimos años, tal y como recogen las últimas ediciones del informe de ATREVIA & IESE.
Y es que, a todos los niveles, hoy día simplemente es una incoherencia que existan compañías que no aboguen por la diversidad o ignoren la ventaja competitiva que supone creer en el valor añadido del liderazgo femenino, cuando se han demostrado sobradamente rentables y cuando son aspectos ineludibles de la responsabilidad que han de evidenciar las empresas para contar con la validación de la sociedad en la que operan, algo esencial para su continuidad.
Este marzo, en conclusión, nos ha dibujado un horizonte al que cabe mirar con optimismo. Sin embargo, no debemos olvidar todo aquello que aún está por hacer. Si la brecha de género en los consejos parece estar de enhorabuena, no es algo que se advierta igual en órganos superiores, como es el caso, por ejemplo, de los comités ejecutivos. Continúan echándose en falta, además, iniciativas de conciliación, instrucción y proyección que ayuden a las mujeres a seguir rompiendo los techos de cristal que aún perviven y que, por mera sintonía con los valores que abandera esta sociedad, cada vez más plural y avanzada, están condenados a desaparecer.
Toca confiar, pues, en la tendencia presente y su presumible evolución: el camino hacia la paridad aún es largo, pero ya tenemos el caldo de cultivo idóneo para encaminarnos a ella sin titubeos y con una diligencia que no hará sino acelerarse en los próximos años.