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Agencias de detectives: El reto de comunicar en un sector plagado de estereotipos

REDACCIÓN Martes 18 de septiembre de 2012

Eliminar estereotipos, mejorar el posicionamiento de la compañía y dirigirse a un público específico son elementos claves para la comunicación de una agencia de detective, tal como cuenta en este artículo Beatriz de Andrés, directora general de Art Marketing.

Cuando te llama una agencia de detectives para que les lleves la comunicación, lo primero que piensas es “qué proyecto tan bonito”. Luego te explican, vas conociendo los entresijos de la profesión y las peculiaridades de las personas que están en el sector, y te das cuenta de que, además de bonito, es retador. ¿Por qué?


Porque es una carrera bastante desconocida y un trabajo de mitos, leyendas urbanas y múltiples estereotipos. No usan gabardina, ni lupa y no todas investigan “cuernos”.


El mundo de las agencias de detectives es apasionante, no solo por las propias anécdotas que los investigadores te cuentan, sino por la importancia y el valor que sus pruebas tienen en los juicios (tanto para empresas, como para particulares).


Para empezar, los detectives son diplomados universitarios, deben contar con una autorización especial para desempeñar su trabajo que otorga el Ministerio del Interior. Hay toda una normativa que regula sus actuaciones y poco tienen que ver con lo que se ve en las películas o en las series de la televisión.


Es un profesional bien formado que destaca por su alta capacitación, titulación y amplitud de ámbitos de trabajo. Aunque no se lo imaginen, los detectives españoles tienen muy buena fama y son muy reputados a nivel internacional, están a la cabeza de este tipo de profesionales a nivel mundial y siempre se les pone como ejemplo en congresos y encuentros. Contra lo que hemos visto en la ficción, no suelen ser policías retirados, ni llevan armas y aunque sí se pueden enfrentar a algunas situaciones complicadas, normalmente lo más importante es la confidencialidad y la discreción.


En otros países, incluso de la Unión Europea, todo aquel que lo desee puede desarrollar la profesión de detective a través de una licencia administrativa. La forma de acceder a la profesión, así como la variedad de investigaciones que la Ley permite realizar en España es diferente en el resto de los países europeos.


Retos de comunicación


Nosotros tenemos experiencia en trabajar con pymes, y con empresas que nunca antes han hecho comunicación, y tenemos especial sensibilidad con la comunicación de B2B y especialmente en aquellos sectores donde la confidencialidad o la seguridad es primordial. ¡Vamos que nos va “la marcha” y meternos en sectores donde nunca se había hecho comunicación, o donde el marketing aún no está muy evolucionado!


Así nos encontramos este sector hace un par de años y tuvimos que ir saltando algunos obstáculos (que son muy habituales en otras muchas empresas):


  1. Convencer a todos los socios de que la comunicación podría ayudarles a vender más y mejor sus servicios.

  2. Siendo una micro pyme, el esfuerzo económico se presentaba titánico.

  3. Ellos pensaban que con su tamaño no serían capaces de generar información interesante durante mucho tiempo.

  4. Sin dinero para publicidad que pudiera proporcionar la primera visibilidad.

  5. Queriendo entrar en un nicho de clientes que eran poco “morbosos” para los medios.

  6. Con el miedo constante de pérdida del secretismo ya que la discreción es la base del trabajo y las RRPP son justo lo contrario.

 

Por eso, como agencia de comunicación nuestro primer reto era trabajar sobre la figura del detective. Acercar la profesión a los ciudadanos (potenciales clientes todos) para que se viera la labor del investigador privado con naturalidad, sin prejuicios, con confianza. Gente muy normal, muy profesional, serios y honestos. Al menos, desde luego, nuestros clientes nos han demostrado que lo son.


Y sí: usan alguna “cosilla” para disfrazarse y que no les reconozcan; utilizan microcámaras que esconden en lugares insospechados (y que no seré yo ahora quien revele); viven a veces como actores en un entorno infiltrados como otras personas para poder obtener pruebas; y hay mujeres, no muchas aún en porcentaje, pero bastantes, que demuestran que no se amedrantan, incluso en situaciones de violencia (“lo que pasa es que si te descubren es que has hecho mal el trabajo, así que mejor es ser buena profesional y que el investigado nunca sepa que andas detrás. Así, obtienes las pruebas antes –por tanto eres más productiva- tu andas más segura”)

 

Adicionalmente a esta tarea desmitificadora sobre la figura misma del detective, hemos orquestado una campaña de comunicación dirigida 100% a la consecución de objetivos comerciales: hacer más clientes y hacer más trabajos para los ya clientes. Planificamos un calendario de tareas y áreas de trabajo en función de la experiencia y rentabilidad empresarial de los grupos de potenciales clientes. De esta forma se cruzaban, investigaciones, tipos de clientes… y nos salía un cuadrante bastante detallado con el que se podría trabajar muchos meses (aun sin contar con las novedades o las noticias paralelas que pudieran ir surgiendo).

 

En nuestro caso se nos ha pedido que, basándonos en nuestra experiencia en negocios B2B, nos centráramos en la comunicación para hacer investigaciones de empresa. No es que los detectives no tengan gran parte de su mercado en perseguir infieles para poder negociar con un “as en la manga” las sentencias de los divorcios, sino que este tipo de trabajos, no eran nuestra meta principal.

 

Por eso nos fijamos en las empresas (grandes o pequeñas) fundamentalmente en los directores de RRHH y de seguridad, y en los abogados y gestorías que son quienes en momentos de problemas suelen necesitar tener pruebas para presentar demandas.

 

Aproximación a un target que no quiere ser identificado

 

Aunque las áreas de trabajo muy delimitadas al entorno empresarial, la casuística es inmensa: abuso sindical, bajas fraudulentas, disminución del rendimiento, espionaje industrial, mistery shopper, “extravío” de mercancías, robos en la empresa, comercio de estupefacientes entre trabajadores… y paro aquí porque los casos son tan variados y tan interesantes que no tendríamos artículo suficiente para hablar de todos ellos. Pero existe cierto tabú, aún no es muy popular reconocer que la empresa ha recurrido a los servicios de estos profesionales. A pesar de que un detective (o más bien las pruebas obtenidas profesionalmente) pueden suponer miles de euros ahorrados en indemnizaciones, pérdida de mercancías, de la reputación de la marca…

 

Definitivamente contratar un detective es rentable.

 

En cuanto a los sectores, realmente todos, y si bien el perfil de las relaciones principales que se establecen son los abogados y aseguradoras, hay un target muy amplio entre directores generales, gerentes y presidentes de empresas, altos ejecutivos, responsables de RRHH, seguridad, logística y marketing.

 

En concreto para los abogados, el trabajo de los detectives privados puede ser crucial cuando, aun teniendo certeza de que una cosa está pasando, se necesitan obtener pruebas válidas para denunciar e ir a los juicios con garantías de éxito. Un ejemplo, la empresa que quiere despedir a un trabajador, pero no puede porque está de baja por un problema en una mano pero le pillan saliendo del supermercado llevando unas bolsas. O un repartidor, que hacía muchos menos servicios que sus compañeros y después de investigarlo resultó que se iba a casa o hacía “recados” domésticos entre trabajo y trabajo. Por no hablar de aquella empresa que empezó a tener quejas de clientes porque otro distribuidor era más barato, y “tirando de la manta” se dieron cuenta que se trababa de su propio comercial estaba trabajando también por cuenta propia actuando como distribuidor y cobrando rappels que le permitía abaratar algo los productos y obtenía doble comisión por sus ventas.

 

El otro gran nicho de trabajo son las compañías de seguros a las que les ayudan a dirimir si existe o no fraude. Desde un robo fingido para cobrar un seguro, hasta detectar “muertes falsas” es decir (y esto pasa de verdad) gente que simula su fallecimiento para cobrar la póliza y luego se da a la buena vida.

 

Evolución de la profesión y de la comunicación

 

¿Interesante, verdad? Los contras es que no todo se puede comunicar. Hay que ser muy discreto. A veces nos llaman de los medios para pedirnos imágenes que aún teniendo no se pueden dar, o casos de los que no se puede hablar porque los contratantes piden discreción… Incluso (aunque solo al principio) es difícil conseguir un portavoz porque quien salga en los medios luego puede resultar se identificado en un seguimiento. El código deontológico es muy fuerte y, al menos nuestros clientes, lo han respetado con mucho más rigor, incluso, de lo estipulado.

 

Resumiendo nuestra experiencia:

  1. Identificamos fortalezas y diferencias del servicio que ofrece nuestro cliente.

  2. Establecemos los objetivos de comunicación en base a las preferencias comerciales

  3. Creamos argumentos para romper tópicos alrededor de la figura del profesional.

  4. Delimitar el ámbito de la comunicación (en este caso, solo temas empresariales) .

  5. Formar a los portavoces.

  6. Diversificamos los temas en función de los públicos y estrategias de la propia compañía en cada momento: recursos humanos, legal, seguros, económico-empresarial, logística, seguridad, marketing, calidad atención al cliente…

  7. Crear menajes y línea editorial para las informaciones que se distribuirían a los medios.

  8. Creamos un manual de comunicación institucional con un FAQ de respuestas institucionales para poder agilizar la información a los periodistas.

  9. Apoyamos en la adecuación de herramientas de marketing (habituales en otros sectores pero bastante escasas en este gremio)

  10. Creamos las herramientas de comunicación interna y con los clientes.

  11. Estamos siempre disponibles y de respuesta inmediata a los medios de comunicación (especialmente a los audiovisuales, cuyos tiempos son muy cortos)

 

Hacer la comunicación de una agencia de detectives es realmente apasionante. Con ellos se aprende. Su información es altamente valorada en los medios. Nos sentimos útiles y parte de su éxito. Y además, en este caso, sentimos que hacemos un equipo, con gente que valora tus ideas y opiniones… ¿Qué más se puede pedir?


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