domingo, septiembre 8, 2024

Las empresas deben integrar indicadores no financieros en sus cuadros de mando

REDACCIÓN Sábado 30 de agosto de 2014

Angel Alloza, Director y Secretario General de la Fundación Corporate Excellence – Centre for Reputation Leadership, participará como ponente en el Foro Mundial de la Comunicación.

¿Qué significa para usted participar como ponente en el Foro Mundial de la Comunicación?

 

Es todo un honor y privilegio participar en el primer Foro Mundial de Comunicación organizado por Global Alliance en colaboración con Dircom que se celebrará en un país de lengua hispana. En Corporate Excellence estamos muy entusiasmados por poder aportar nuestra visión sobre el valor estratégico que tiene la comunicación para la gestión excelente de la reputación y el buen desarrollo de las organizaciones.

 

En su opinión, ¿Cuáles son las ventajas de participar en un Foro de esta envergadura?


Se trata de una gran oportunidad donde compartir y debatir las últimas tendencias en comunicación corporativa. Estoy seguro de que se creará el escenario perfecto donde entrar en contacto con grandes profesionales del sector y conocer así los últimos avances en la gestión de este intangible. Ante todo, es una ocasión única para el aprendizaje y desarrollo de cualquier profesional dedicado a la comunicación en particular, o la gestión de intangibles en general.

 

¿Qué es para usted la “Comunicación con Conciencia”?


En Corporate Excellence estamos convencidos de que solo las organizaciones con buena reputación y marcas sólidas que sean coherentes con lo que hacen y dicen serán capaces de competir en los mercados globales.


 «Comunicación con conciencia» es precisamente eso, comunicar desde la transparencia, la integridad y la coherencia con tus valores y principios, que te permiten alcanzar el liderazgo reputacional al que toda organización debería aspirar.

 

¿Cuáles son los principales retos a los que se va a enfrentar la profesión en los próximos años?


Estamos inmersos en un cambio de paradigma. Hoy se hace necesario una nueva manera de hacer empresa. Para lograr la gestión excelente de los intangibles y por tanto de la organización, las organizaciones habrán de integrar indicadores no financieros en sus cuadros de mando. Recuperar y ganar la confianza de los stakeholders clave será vital para la supervivencia de las compañías.


Necesitamos líderes que sean capaces de guiar este cambio. Profesionales preparados para llevar a la organización hacia una mejor gestión de sus recursos. Hoy más que nunca se hace necesaria una figura transversal dentro de las organizaciones capaz de conseguir el compromiso e implicación de los stakeholders internos y externos, capaz de leer el contexto social, hacer una escucha activa de las principales necesidades de los grupos de interés y llevar a la organización hacia un liderazgo social. La recompensa es enorme puesto que estas organizaciones consiguen crear actitudes y comportamientos favorables directamente relacionados con la creación de riqueza.

 

¿Es la gestión óptima de la reputación el mayor reto que tiene que afrontar una compañía hoy en día?


Estamos entrando en un nuevo ciclo económico al que podríamos llamar «economía de los intangibles». La base estructural de este nuevo contexto reside en la abrumadora proporción que corresponde a los intangibles en el valor total de las empresas cerca de un 80% del valor frente al 20% de los activos y recursos tangibles, una proporción que ha invertido la composición del valor de hace 30 años.


Hoy son las empresas que mejor gestionan estos intangibles (su comunicación, sus marcas y su reputación) quienes están mejor posicionadas en términos relativos, frente a otros actores políticos y sociales, para conseguir el éxito y para impulsar la recuperación de la confianza.


La marca, la reputación y la comunicación deben ser entendidas y gestionadas de forma integrada. No podemos aspirar simplemente a tener una «buena reputación» que no nos diferencie de nuestros competidores. La diferenciación duradera y sostenible se construye sobre la base de la identidad, el propósito, la visión, la cultura y los valores de una organización. No se puede concebir una organización de éxito que no gestione de forma integrada su marca y su reputación corporativas.


La buena reputación es el resultado final de este proceso iniciado con la creación e implantación de la marca corporativa anclada en una fuerte identidad.