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Asuntos Públicos: Cómo preparar a tu empresa para acudir a una comparecencia parlamentaria

JOAN NAVARRO, SOCIO Y VICEPRESIDENTE DE ASUNTOS PÚBLICOS EN LLORENTE & CUENCA Martes 14 de enero de 2014

Durante la pasada legislatura (2008-2011) en España, más de 100 empresas fueron llamadas por los grupos parlamentarios a dar cuenta sobre su desempeño. Joan Navarro, Socio y Vicepresidente de Asuntos Públicos en Llorente & Cuenca, explica en un artículo publicado el d+i Llorente & Cuenca, las técnicas para salir airoso en una comparecencia parlamentaria. Ofrecemos aquí un extracto

El procedimiento es aparentemente sencillo. Las compa­recencias duran una hora, habitualmente. Se produce una intervención inicial del representante empresarial. A conti­nuación, se abre un turno de intervención de los parlamen­tarios (uno por cada grupo parlamentario) que valorarán lo expuesto en la comparecencia e interpondrán preguntas. Fi­nalmente, el interpelado contestará las preguntas con lo que se cierra la comparecencia. Excepcionalmente, se abriría un turno de dúplica si ha habido puntos polémicos.

 

No obstante, el contexto hace que estas comparecencias se conviertan en un riesgo reputacional relevante. Los represen­tantes empresariales están acostumbrados a desenvolverse en un medio con unas condiciones y reglas del juego bien dis­tintas a las del ámbito parlamentario. Ni los procedimientos, ni el lenguaje, ni los modos de actuar son los mismos. Tampo­co las expectativas ante la comparecencia en el Parlamento del portavoz de una corporación tienen mucho que ver con las que despierta cualquier otra intervención suya.

 

El Parlamento es un foro sometido a la controversia per­manente. Como representantes de sectores con intereses contrapuestos, los diputados siempre intentan aprovechar cualquier ocasión para que prevalezcan sus opiniones frente a las del adversario (…)

 

Además, al tratarse de una exposición pública, dejarse llevar hacia la con­frontación puede suponer un riesgo evidente de cometer errores. Hay que tener presente que cada afirmación será comprobada exhaustivamente por los destinatarios. En caso de no ser estrictamente veraz se pondría en juego la credibilidad de la entidad representada, con una grave repercu­sión sobre la confianza por parte de distintos públicos: las instituciones, sus inversores, los consumidores e, in­cluso, el personal de la compañía.

 

OCHO ACCIONES PARA EL ÉXITO EN LAS COMPARECENCIAS PARLAMENTARIAS

 

1) Identificación del portavoz óp­timo. (…) Su perfil ha de ser representativo de la empresa, con la posición adecuada y el bagaje suficiente para emanar autoridad en relación a ésta.

 

2) Investigación de los temas a tratar. (…) Esta labor ha de incluir los antecedentes relativos a la posición de la propia empresa y de sus posibles antagonistas. Cualquier tema que se piense superado, puede volver a salir en la comparecencia.

 

3) Conocimiento del perfil de los portavoces de la Comi­sión. (…) se debe elaborar el perfil detallado de cada in­terlocutor parlamentario, incluyendo datos generales como su origen territorial y su formación, e información específica como su trayectoria político-institucional, su posicionamiento anterior en asuntos análogos y una matriz de conexión de sus intereses y los propios.

 

4) Establecer un relato en positivo. (…) Debe huir de la confrontación aun cuando el parlamentario plantee su opi­nión bruscamente. El guión elaborado debe ser lo más am­plio posible. Si se plantea un tema del que no se disponga de respuesta, se podrá enviar en los siguientes días por correo. Los materiales de apoyo (presentaciones en formato digital) pueden utilizarse para mantener la atención del público. Ma­teriales más amplios (como informes) se enviarán con poste­rioridad a la comparecencia.

 

5) Mejora de la capacitación del portavoz. Son conve­nientes algunas reuniones del equipo de Comunicaci­ón y Asuntos Públicos con el portavoz de la empresa, para terminar de definir el posicionamiento estratégico más ade­cuado, darle la mejor formulación posible al mensaje a trans­mitir y preparar maneras de enfrentarse con eficacia a cues­tiones polémicas o comprometidas.

 

6) Monitorización y alertas. (…) Ello incluye a los temas relacionados con la comparecencia, así como a aliados y antagonistas de la empresa. Se trata de una labor que permitirá diseñar con mayor rigor la estrategia corporativa, así como prevenir posibles crisis reputacionales.

 

7) Intervención directa ante la opinión pública. Apar­te de la participación en la Comisión parlamenta­ria, la empresa debe realizar acciones comunicativas con los medios, que le permitan acceder de manera directa a la opinión pública para generar valoración favorable por parte de los ciudadanos y, por consiguiente, de las insti­tuciones (…)

 

8) Mejora de la comunicación interna. De manera ge­neral, se debe optimizar e incrementar los flujos de información interna entre la dirección de la empresa y los empleados de ésta. El personal es el mejor portavoz corpo­rativo. Cuando se produzca una comparecencia, será con­veniente estudiar las ventajas de explicar internamente las razones que han llevado a la convocatoria y cuál va a ser el argumentario utilizado.

 

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