Aunque ahora estés contento, puede que tarde o temprano te tengas que plantear cambiar de aires y abandonar tu agencia o tu puesto en el departamento de comunicación en el que trabajas.
Por Redacción, 3 de diciembre de 2024
Los motivos que te pueden inducir a cambiar de trabajo son variados. Tal vez, una empresa de la competencia te ofrezca una oferta tentadora. O es posible que notes que has tocado techo en tu actual empresa o agencia, y no veas posibilidades de seguir mejorando profesionalmente. O, quién sabe, porque dejes de estar a gusto por la llegada de un nuevo jefe, o porque veas que tu puesto corre riesgo con dentro de un proceso de fusión que vivirá próximamente tu empresa.
Sea cual sea el motivo, lo primero que tienes que hacer es no dejarte tentar por un puesto de más nivel o un salario más alto sin reflexionar bien cómo afectará este paso a tu futuro profesional, con una visión de largo plazo. El tamaño de la empresa, su prestigio en el mercado o su rentabilidad condicionarán cuánto valdrás después en el mercado si necesitas realizar un nuevo cambio.
Pero lo cierto es que no hay normas para evaluar cuál es la mejor decisión, porque aquí hay que barajara aspectos muy diversos: tus propias motivaciones, tus preferencias personales, la situación profesional de partida, el entorno laboral en el que se produzca el cambio, etc. El mejor consejo es que te tomes tu tiempo para meditar porque debes saber que hay pasos que se dan y que no admiten una vuelta atrás.
Valora el potencial de la nueva empresa
La elección del tamaño y el rodaje de la empresa a la que te marches condicionará para siempre tus siguientes movimientos. Puedes elegir entre una pyme, una multinacional o una startup que empieza, pero a la que le ves un gran potencial de crecimiento. Veamos qué estrategia puedes seguir según las distintas posibilidades.
Puedes optar, en primer lugar, por una pyme consolidada y a la que le veas potencial. Si procedes de una multinacional, tu perfil y conocimiento adquiridos en la serán muy valorados en cualquier pyme. Hay que partir de la base de que un mismo puesto no tiene la misma dimensión en diferentes compañías. Un dircom de una multinacional puede ser un puesto del mismo nivel que el director general de una pyme. Pero este paso es una promoción interesante desde el punto de vista del crecimiento profesional. Eso es algo que debes valorar tú mismo.
Si apuestas por una startup que empieza, tus oportunidades de promoción serán aún mayores. Allí está todo está por definir. Pero ten en cuenta que la presión y la dedicación al trabajo puede ser más exigente que en la multinacional. Algo que no sucede cuando se da un paso a una pyme ya consolidada.
Otro consejo de los expertos a los profesionales de la comunicación que quieren cambiar de trabajo es apostar por los sectores más dinámicos. Seguramente tendrás mejores expectativas en el departamento de comunicación de una empresa tecnológica que en otra del sector agrícola. Además, los sectores que obtienen más rentabilidad suelen ofrecer salarios más altos.
Pero a la hora del cambio, también debes tener en cuenta algunos riesgos que puede conllevar. Por ejemplo, si das el paso de la multinacional a la pyme, luego te puede ser más complicado volver a una multinacional. Por eso, lo mejor es empezar en las grandes y pasar después a empresas más pequeñas si te sientes más cómodos en ellas. Si has trabajado 15 años en una pyme es casi imposible pasar a una multinacional
También debes tener en cuenta el periodo de adaptación. Puede haber cierta dificultad al adaptarte a estructuras más pequeñas, más familiares, pero el cambio es posible y deseable, si la multinacional ya no responde a tus aspiraciones.
Profesional independiente o emprendedor
Es otra alternativa para salir del estancamiento. Una primera opción es la de convertirte en consultor de comunicación freelance. Si tienes muchos años de experiencia, tienes un perfil ideal para para convertirte en consultor por cuenta propia o buscar una posición de interim manager, profesionales que contratan las empresas, generalmente multinacionales de cultura anglosajona, para desarrollar un proyecto puntual.
También puedes convertirte en emprendedor y montar tu propia consultora de comunicación. Es una opción que eligen algunos profesionales de la comunicación que se encuentran en el paro entre los 40 y los 50, al salir a un mercado en el que la demanda de su perfil es menos fuerte. En estos casos, es importante haber negociado una buena salida con la empresa que proporcione el dinero necesario para hacer realidad el negocio.
Y también, por qué no, puedes hacer un paréntesis y tomarte un respiro para realizar tareas que puedan proporcionarte un mayor prestigio profesional. Por ejemplo, puedes impartir clases en una escuela de negocios importante, desarrollar una investigación o escribir un libro.
Respecto a los peligros de estas opciones, debes valorar la dificultad de dar marcha atrás, salvo que tengas una buena red de contactos. Es muy difícil volver a conseguir un puesto de primera fila en una empresa después de estar fuera del mercado.
Fichar por la competencia
Es otra posibilidad que, llegada una oferta, debes estudiar de forma minuciosa, sobre todo si se produce una contraoferta por parte de tu actual empresa. En este caso, es posible que empieces a ver sólo los lados positivos de tu puesto actual, olvidando lo que te hizo buscar un cambio. Llegado este momento, debes tener muy claros los motivos por los que quieres marcharte: una promoción, mejor salario, huir de un entorno poco atractivo… Piensa si esos motivos han cambiado o siguen ahí. Si no es así, no tienes por qué cambiar tu decisión.
La incertidumbre y el miedo son lógicos cuando se plantea un cambio de este tipo y lo peor es que nunca sabrás si elegiste la mejor opción. Si la tentación de quedarte en la empresa es muy fuerte, hazte la siguiente pregunta: ¿Estarías dispuesto, sin frustración, a lamentar la pérdida de esa oportunidad?
Si tienes muy claro que vas a marcharte, comunica la decisión con firmeza e intenta no centrar el tema de conversación en el hecho de que te marchas porque has recibido una oferta mejor. Así evitarás el aprieto de tener que rechazar una contraoferta.
¿Qué amenazas encierra esta decisión? Puede haber varias. La primera, el posible rencor en tu empresa. Tus superiores pueden pensar que has forzado una oferta que de otra forma no te habrían hecho. Asegúrate de que no llegarán a pensar que recibes de la empresa más de lo que das.
En segundo lugar, hay que puede reaccionar con un sentimiento de traición. Algunas empresas consideran una traición que sus empleados se marchen a la competencia. Debes estar preparado por si reaccionan mal y te piden que te marches enseguida.