NATALIA SARA Lunes 24 de marzo de 2014
La experta en comunicación Natalia Sara analiza en su blog un tema crucial durante un proceso de comunicación de crisis: la gestión de las relaciones con los periodistas. Ofrecemos aquí un extracto.
Comienza el post hablando de una de las presiones denunciadas por el director de El Economista por haber publicado diversas informaciones relacionadas con el ERE de Coca-Cola Iberian Partners. Según Natalia Sara, “las relaciones con los medios de comunicación se construyen día a día, como las de las personas, hay que estar en los buenos y en los malos momentos”. Y añade que los periodistas “no son ni amigos ni enemigos. Son profesionales que intentan hacer su trabajo preguntando, investigando, provocando, etc.”.
Partiendo de este hecho, ¿cómo hay que relacionarse con los profesionales de la información durante una crisis? Estas son algunas de las ideas expuestas en el post:
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Hay que ser conscientes de los riesgos que supone, en medio de una crisis, facilitar información a unos medios y a otros no.
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Ponerse a disposición del periodista para aclarar lo que necesite y agradecer que antes de la publicación de cualquier dato se tengan en cuenta a ambas partes para que disponga de su verificación y versión. En la práctica esto es trabajo, mucho, tanto en las propias gestiones, como en la preparación de todo lo que implica: mensajes, datos, formación de portavoces… que supone la aprobación y visto bueno de muchas partes en un tiempo mínimo.
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Nunca se debe intentar silenciar a un periodista ni, por supuesto, amenazarle. Si se comete este error, siempre se va a saber y las consecuencias siempre son impredecibles.
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Lo ideal es anticiparse a las demandas de los periodistas. Conviene explicar lo que se está haciendo, las medidas que se toman, aportar datos y, sobre todo, argumentar.
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Nunca hablar a un periodista en ‘off the record’, un periodista lo es las 24 horas.
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En cuanto al estilo de los comunicados, cuidar la redacción más que nunca y evitar las ambiguedades: un periodista no transcribe: selecciona declaraciones, datos, los reescribe, adapta y traduce el lenguaje oral al escrito.