viernes, noviembre 22, 2024

“Keep it simple”: comunicación eficaz con estructuras sencillas, simples y directas

ARTÍCULO DE FRANCISCO SOTO (121PR) / Cicerón escribía unos maravillosos párrafos retóricos de, a veces, hasta seis o más líneas. Se puede ver, por ejemplo, un curioso vídeo sobre su profesión retórica en Youtube, titulado “Cicero on Rhetoric: Ethos, Pathos, Logos” (Old Western Culture).

ARTÍCULO PATROCINADO POR MYNEWS

Por Francisco Soto, Managing Director de 121PR / 13 de diciembre de 2021

Durante siglos, los monasterios, escuelas y universidades de la vieja Europa atesoraron el saber de los clásicos grecolatinos y se inspiraron en ellos para extraer lecciones magistrales de retórica –el arte de la persuasión–, entre otras disciplinas, tanto científicas como humanísticas.

Nos enseñaron que escribir bien, expresarse bien, exigía dominar la gramática, encadenar ampulosas oraciones subordinadas y manejar pronombres y adverbios relativos. La retórica se transformó con el tiempo en el arte del embellecimiento literario. El estudio de las metáforas, aliteraciones, paralelismos y otras figuras ocupó el tiempo de estudiosos y estudiantes.

Nos obligaron a escribir imitando a los clásicos. Debíamos utilizar esas mismas estructuras, esos párrafos pretenciosos e incómodos, como vestidos de boda de larga cola y ensortijada pedrería. Con el tiempo, en nuestras escuelas y universidades, se perdió el gusto por la claridad expositiva. La sucesión de palabras concatenadas frecuentemente ocultaba la parquedad de ideas originales: la pereza intelectual y el ornato sustituyeron al espíritu crítico y al auténtico conocimiento innovador.

Por toda esa tradición humanística y literaria, estamos entrenados para escribir frases largas. Creemos que demostramos más y mejor dominio del lenguaje si podemos escribir párrafos de seis, siete o más líneas. Puede que esa táctica funcione en el ámbito académico; no lo sé, aunque lo dudo. A veces, en la universidad se olvida que el español no es latín ni griego. Y que aquellas maravillosas lenguas disponían de declinaciones y concordancias que guiaban al lector hacia la idea. En español no tenemos declinaciones, y las concordancias disponibles, apenas número, género y persona, son escasas como para construir largos párrafos sin perder el sentido.

Por eso, en 121PR escribimos en lenguaje periodístico. Estructuras sencillas, simples y directas. Sujeto, verbo y predicado. Evitamos subordinadas, relativas y circunstanciales. Escribimos en español, pero con estructura “inglesa”.

Con el tiempo –con la práctica, mejor dicho–, uno se da cuenta de que descomponer los argumentos en estructuras sintácticas sencillas es una disciplina dura, pero muy productiva. Ayuda a clarificar ideas, disponer mejor los argumentos y, en definitiva, ser más persuasivos. Para vender un tema difícil, hay que manejar la lengua con la precisión y la frialdad de un cirujano cardiovascular.


ARTÍCULO PATROCINADO POR MYNEWS