jueves, julio 4, 2024

Comunicar con propósito: vivimos un buen momento para cambiar las cosas

ARTÍCULO DE LUCÍA MATEO (ILUNION COMUNICACIÓN SOCIAL) / Todavía recuerdo a mi abuela, infinitamente gallega, infinitamente sabia en muchas facetas de la vida, repitiéndome aquel viejo refrán de “obras son amores, que no buenas razones”. Cómo le hubiera gustado saber hoy que estaba en lo cierto. Porque, cada vez más, en el entorno empresarial y de las organizaciones somos conscientes de la importancia de los hechos y las acciones concretas, más allá de las palabras bonitas o las promesas que puedas lanzar a tu público objetivo sobre lo buenas que son tus acciones y cómo cuidas a tu comunidad.

Por Lucía Mateo, responsable de ILUNION Comunicación Social / 13 de mayo de 2024

Motivadas por un mayor fortalecimiento de la agenda regulatoria en materia ambiental, social y de buen gobierno, cada vez más compañías entienden que la sostenibilidad es clave en el ámbito corporativo. Lo que antes era diferenciador, es ahora un deber que sitúa en el centro de la estrategia al propósito empresarial. Un propósito que, en la mayoría de los casos, está orientado hacia un buen fin, cada uno dentro del ámbito de actuación de sus actividades.

Me gusta pensar que, sea motivado por el aspecto que sea, estamos viviendo un buen momento para cambiar las cosas. Y la adopción de prácticas sostenibles debería venir de la mano de una comunicación y un reporte efectivo de las mismas, esencial para alinear lo que hacemos y lo que decimos y para impactar positivamente en nuestros diferentes públicos. Las empresas que comprenden y definen su propósito más allá de la mera rentabilidad, pensando en un impacto social y ambiental positivo, generan un valor real que las hace avanzar en la buena dirección y que ayuda a la sociedad donde impacta a hacer lo mismo.

Comunicar lo que se hace bien no es solo un deber, sino también una oportunidad de construir confianza y gestionar de forma inteligente la reputación de una marca, pero siempre desde la honestidad y la transparencia. Si afrontamos la comunicación en momentos de crisis, no deberíamos de mantenernos en silencio en los buenos momentos, ni debería echarnos atrás la humildad o la prudencia. A través de la comunicación, las empresas pueden transmitir su misión, visión y valores, conectando emocionalmente con su audiencia y diferenciándose de la competencia. Y el propósito empresarial es un arma muy poderosa en este punto.

Al comunicar abiertamente nuestros procesos, logros y desafíos en el ámbito de la sostenibilidad, estamos trabajando en ganar la confianza de nuestros clientes, inversores y otros públicos. Estamos fortaleciendo una personalidad de marca que será la que nos mantenga a flote cuando vengan momentos más duros. Comunicar nuestras buenas acciones nos permite acercarnos a otros. Motiva a nuestros empleados, trabajando el orgullo de pertenencia, aumenta la satisfacción de nuestros clientes y fortalece las relaciones comunitarias. Y mantener una comunicación abierta y bidireccional al respecto ayuda a generar nuevas ideas e innovar.

Comunicar con propósito y comunicar desde el propósito es, por tanto, clave para prosperar en los tiempos que corren. Porque refleja y refuerza la claridad en la misión de una organización, creando así una comunicación sólida entre la empresa y sus stakeholders. Esto no solo ayuda a aumentar la efectividad en el cumplimiento de los objetivos estratégicos, sino que también mejora la percepción pública y fortalece la lealtad hacia la marca. En un mundo saturado de información, aquellos que pueden comunicar su propósito de manera efectiva y auténtica mantendrán una ventaja competitiva que no deberían perder.

Comunicar con propósito va mucho más allá de transmitir información; implica enviar mensajes estratégicos que estén alineados con los valores y objetivos centrales de una organización. Al comunicar con propósito, inspiramos confianza y fortalecemos nuestra reputación a largo plazo. Además, nos responsabilizamos a cumplir proactivamente los desafíos sociales y ambientales, demostrando nuestro compromiso con un impacto positivo más allá de la búsqueda de ganancias. En definitiva, estaremos influyendo efectivamente en nuestro entorno, a la vez que construimos un legado duradero tanto en nuestra marca como en la sociedad a la que se dirige.