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Claves para comunicar en el sector de la Energía

REDACCIÓN Viernes 15 de junio de 2012

Los Cuadernos de Energía del Club Español de la Energía publica en la edición de junio 2012 el artículo firmado por Cristina Amor (directora ejecutiva de Llorente & Cuenca) sobre las claves de la comunicación en la reputación. Este es un extracto del informe.

En España son cada vez más las empresas del  sector de la energía que se dan cuenta de la importancia de mantener una comunicación  transparente con colaboradores, reguladores, público final, accionistas y resto de stakeholders. Más allá de la visión superficial de la comunicación del “soy muy bueno y por  esto debes elegir mi producto/servicio”, las empresas han comprendido que una comunicación efectiva debe ir ligada a los objetivos de negocio de la compañía. La comunicación  debe aportar valor a la consolidación de las acciones de negocio.


Por  sus características el sector de la energía usualmente se enfrenta a escenarios cambiantes, donde la comunicación con los  públicos de interés  puede volverse decisiva  no sólo para la empresa sino para toda una  industria. Los cambios socio-políticos a los que se enfrenta España, por ejemplo, han puesto de manifiesto que nos encontramos ante  un panorama mediático particularmente agitado en el que las discusiones alrededor  de los temas del sector han sido alimentadas  por posiciones opuestas, tanto en lo político como en lo empresarial.


¿Cómo afecta esto a la reputación de una  empresa? Sin una línea de comunicación  clara ni un mensaje consistente ni unificado, se hace más difícil obtener espacios en los medios de comunicación y serán  otros los que lideren las discusiones sobre temas sensitivos como pueden ser los  beneficios de las diferentes tecnologías y/o  fuentes de energía, por ejemplo.


En 2010 se presentó para el sector energético español un interesante escenario a nivel comunicacional. Durante este periodo las voces  se multiplicaban (petróleo, renovables, carbón,  nuclear, gas, etc.) para defender sus respectivas posiciones. Además, había un marco regulatorio  incierto: discusiones de la Subcomisión para el  Análisis de la Estrategia Energética de España  en el Congreso de los Diputados, búsqueda  de un Pacto de Estado en materia de energía,  Real Decreto del Carbón para prorrogar las  ayudas al carbón nacional, definición del nuevo  ATC nuclear y plazo de cierre para centrales  en funcionamiento.


En este contexto, muchas industrias se encontraron ante la necesidad de desplegar una estrategia de comunicación y relaciones  institucionales que les permitiese gestionar  las percepciones ante el futuro marco regulatorio con el objetivo de crear el clima de opinión favorable necesario que los órganos  de decisión reflejasen en las regulaciones.


Bajo esta premisa, se detectó que algunas  industrias desarrollaron planes estratégicos  de comunicación: por un lado, las relaciones con los medios de comunicación y, por  otro, las relaciones con la administración y  el desarrollo de encuentros institucionales  principalmente. El objetivo principal era introducir el mensaje en el ámbito mediático e institucional mediante una intensa actividad  con los medios de comunicación y contactos con los principales  decisores.

Lo que se buscaba con estas acciones era que  los periodistas conocieran mejor empresa  (o el sector) y lo percibieran como una fuente  creíble y eficaz, asegurándose una presencia  periódica de los mensajes en los medios de  comunicación. Los  resultados ideales que  se pueden obtener siguiendo esta línea de  trabajo son: tomar el control de la comunicación, pasando de una situación reactiva a una condición proactiva; obtener una mayor visibilidad,  estrechar los lazos para contar con  una interlocución directa con los principales medios de comunicación; y que la empresa  empiece a ser considerada fuente cercana  de información sobre dicho sector frente a   sus grupos de interés.


Como ya se ha señalado, el sector de la  energía está sometido a una alta regulación, control y vigilancia por parte del Estado; es un  sector marcado por decisiones políticas, en las que no siempre priman aspectos técnicos; y,  aunque todos somos consumidores y estamos en permanente contacto, es un sector difícil  de comprender por su alto contenido técnico.


Aun así, no podemos pasar por alto que  actualmente la comunicación es uno de los  factores más determinantes en las relaciones  empresariales, ya que incide sobre el estado de opinión de las instituciones y ciudadanos.


Por esto, se hace cada vez más evidente  para las compañías del sector que deben ejercer un control sobre los mensajes que,  de forma voluntaria o no, transmiten en  todo momento. De lo contrario, resultaría  difícil mantener una buena imagen ante los  públicos de interés y lograr los objetivos  corporativos estipulados.

 

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