REDACCIÓN Viernes 18 de enero de 2019
Mas Consulting ha publicada una interesante serie de post en los que señala cuáles son las cualidades más destacables de un lobista.
ARTÍCULO PATROCINADO POR PUNTONEWS
1) Capacidad de síntesis
«La primera característica de todo buen lobista ha de ser su capacidad de síntesis (…) Ser capaz de aislar qué se quiere contar y cómo no es fácil. Normalmente, se trata de una realidad compleja que debe ser simplificada para convertirla en un mensaje claro y concreto. Ahí es donde el lobista debe demostrar su capacidad para abstraer la esencia del mensaje y, sin que éste pierda sentido cayendo en una simplificación excesiva, seleccionar los aspectos fundamentales de dicha realidad compleja y trasladarlos a un documento breve que recoja esa esencia».
«Además, dicho documento, cuya extensión no debería ser nunca de más de una página, ha de recoger el análisis del problema pero también aportar las soluciones. De ahí que la síntesis se imponga a la hora de describir la realidad compleja de forma sencilla, pero también a la hora de enumerar soluciones. El receptor del documento debe ser capaz de entender el problema de un sólo vistazo y hallar al mismo tiempo una solución sencilla a dicho problema».
2) Comunicación eficaz
«(…) La capacidad de comunicación, tanto oral como escrita, es un requisito imprescindible de toda persona que quiera ejercer una actividad de lobby efectiva. La agenda es importante, pero unos buenos contactos a los que no saber hacer llegar el mensaje necesario no sirven de mucho (…) Las claves de una buena comunicación son la elaboración de buenos argumentos, breves y directos. Mejor uno que 10, pues si repites un mismo mensaje 10 veces quedará mucho más que si lanzas 10 mensajes una sola vez».
«Además, la eficacia comunicativa exige tener la capacidad suficiente como para aprovechar un momento que no volverá a repetirse (…) Es posible que la oportunidad de transmitir el mensaje seleccionado sólo se dé una vez, así que no hay margen de error».
3) Conocimiento del proceso legislativo
«(…) El trabajo del lobista hace necesario tener un profundo conocimiento de los hitos y las fases en la elaboración de las leyes, algo fundamental para la planificación de estrategias de representación de intereses. Un conocimiento que debe de abarcar todos los ámbitos del proceso legislativo: local, autonómico, nacional y europeo».
«No se trata sólo de conocer procesos y calendarios, que también, sino de tener la capacidad de identificar a los distintos actores que intervienen en dichos procesos. Más allá de los cargos electos, en la elaboración de leyes participa una multitud de técnicos y especialistas cuyo criterio profesional resulta capital a la hora de fijar los pilares de las normativas y regulaciones. Adem´ as, conocer el momento en que se encuentra cada proceso es fundamental para recibir información, analizarla y planificar la estrategia más adecuada de cara a la representación de intereses (…)».
4) Dominio del funcionamiento de la vida política
«(…) En España, los partidos tienen un gran peso en el día a día de la política y marcan en gran medida su funcionamiento interno. El profesional del lobby debe pues ser capaz de identificar en cada momento las claves internas de cada partido: en qué momento se encuentra la organización y quién es quién, teniendo en cuenta que existen figuras no tan conocidas con una importancia muy relevante en el funcionamiento interno de los partidos y en la toma de decisiones, diseño de estrategias y definición de líneas políticas.
¿Cómo puede interesar a según qué formación hablar de un tema concreto? Y lo que es más importante, ¿cuándo es mejor hablar de ello? Uno de los objetivos del lobista ha de ser el ser capaz de aunar los tiempos políticos con los empresariales, para lo que es indispensable saber qué está pasando a nivel político en las formaciones de cara a poder identificar el mejor momento e interlocutor para ser capaz de convertirse en un buen aliado proporcionándole información veraz y útil para su análisis y consideración».
5) Capacidad de adaptación al cambio
«(…) Internet, las redes sociales y, en general, las nuevas tecnologías han cambiado las reglas de juego, pero también el terreno y a los jugadores (…) el buen lobista ha de estar al día en las nuevas herramientas de comunicación; debe conocerlas, pero también usarlas, lo que implica saber actuar con ellas pero también utilizarlas como herramientas de escucha de forma que pueda adelantarse a las tendencias y ser capaz de crearlas.
El pulso de la opinión pública ha dejado de estar en la calle y sus creadores han dejado de ser los medios de comunicación, al menos de forma exclusiva. Cada vez más se crean corrientes de opinión y auténticas campañas en redes sociales que pueden afectar directamente a la línea de flotación de cualquier organización en cuestión de horas y que, si no se saben manejar a tiempo, pueden resultar fatales (…)».
6) Entendimiento del funcionamiento de los medios de comunicación
«(…) Los medios de comunicación tradicionales, la prensa, la radio y la televisión, siguen teniendo el poder de marcar los temas del debate público. El control de la agenda informativa y la capacidad de influir en ella y marcar sus hitos pasa en gran medida por la capacidad de influir en los medios e introducir temas de interés. (…) resulta del todo imprescindible conocer el panorama mediático a la perfección. Sólo así podrá diseñarse una estrategia efectiva que permita obtener los resultados deseados. Hay que conocer qué medio podrá tener interés por un tema, qué tratamiento le dará, con qué periodista es mejor tratar y cómo generar una continuidad en el tratamiento informativo para que no termine volviéndose en contra de los objetivo deseados».
«Los medios son los grandes aliados, pero no sólo ellos. Los periodistas, algunos de ellos, han adquirido una gran importancia precisamente en las redes sociales. No se trata pues de conseguir sólo introducir un tema en una publicación o un programa de radio y/o televisión. Hay que ser capaces de conseguir que determinados periodistas hablen del tema en aquellos espacios en los que su influencia es más importante: redes sociales, tertulias, etcétera».
7) Visión estratégica y metodológica
«(…) en las campañas de lobby entran en juego muchos elementos, incluido aquellos que escapan al control del lobista. Por eso, éste debe de ser capaz de tener una visión de conjunto lo suficientemente amplia como para poder anticiparse a los hechos, pero también a las acciones y, por supuesto, a las reacciones».
«No se trata de tener una bola de cristal que permita controlar absolutamente todos los elementos y evitar sorpresas; pero sí es posible, y aquí es donde entra en valor la metodología, interpretar el contexto social y político con una capacidad de análisis y conocimiento suficiente como para prever posibles escenarios y preparar estrategias de anticipación y reacción».
8) Capacidad para generar consensos
«(…) Decimos que los escenarios de trabajo del profesional de los asuntos públicos son multifactoriales, y es que la interacción entre los diferentes actores institucionales, sociales, políticos y empresariales resulta más necesaria que nunca en unos tiempos en que los procesos de toma de decisiones están cada vez más afectados por la diversidad de actores, opiniones y protagonistas. No se trata sólo de la fragmentación del arco político, sino de la multiplicidad de distintos espacios en el conjunto de la sociedad que ha convertido en actores influyentes a sectores que antes no participaban de dichos procesos».
«De ahí esa necesaria capacidad de escucha, pero también esa indispensable capacidad de diálogo; porque no sólo se escucha de forma pasiva, sino sobre todo activa. La interacción permite dar a conocer los puntos de vista propio, pero también recibir información de primera mano que de otra manera sería muy difícil de obtener (…)».