LAURA PÉREZ, DIRECTORA DE COMUNICACIÓN DE GREENPEACE Jueves 24 de septiembre de 2015
Todos los que nos dedicamos a la comunicación llevamos grabada una frase: “lo que no se comunica no existe”. En el caso de Greenpeace esa frase nos acompaña a cada una de las personas que trabajamos en el departamento.
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Greenpeace es una organización de denuncia de las agresiones del medio ambiente y de búsqueda de soluciones. Y la comunicación es la herramienta más eficaz para ello.
En el día a día de nuestro área tenemos las labores “normales” de cualquier departamento de comunicación: la relación con los periodistas, los influencers, las redes sociales, la web, las publicaciones, los actos, el emailing… Hacemos reuniones creativas para encontrar la mejores historias; las que combinen innovación, rigor, emoción, humor. Primero soñamos, con esa máxima de “qué harías si no tuvieras miedo” y luego bajamos, poco a poco, a la realidad. Siempre buscamos la mejor comunicación para cambiar el mundo. Siempre escuchamos qué pasa fuera de Greenpeace. Porque otra de nuestras máximas es que no podemos cambiar el mundo sin conocer el mundo que queremos cambiar. Y, por supuesto, siempre trabajamos en equipo.
Estas labores, habituales en muchos gabinetes, las combinamos con otras más peculiares. Greenpeace realiza acciones directas no violentas para señalar agresiones o denunciar malas prácticas. En esos caso nos toca cambiar la mesa de trabajo por una zodiac, la oficina por un barco, nuestra ciudad por un puerto en el que entra pesca ilegal o por una central nuclear o una zona remota del Ártico que sufre el deshielo… Aquí los días de trabajo se alargan de manera interminable, pero sabemos que al final esta labor sirve para comunicar victorias, para comunicar esos pequeños cambios que logramos en el mundo.
Todos los que trabajamos en el departamento sabemos también que debemos tener una mochila ligera. Lista para ser llevada allí donde haga falta. Si mañana un vertido tiñe de negro nuestras playas, allí estaremos en el menor tiempo posible. Allí se trasladará un pequeño de equipo de comunicación, acompañado de un experto de campañas. Documentaremos el vertido con fotos y vídeos, difundiremos a los medios información alternativa a la oficial, y la extenderemos en nuestras redes. Es la parte de nuestro trabajo de “ser testigos” y de hacer partícipe a toda sociedad.
Cada persona del equipo tenemos un perfil diferente. Pero hay algo que todos compartimos. Es el deseo de contribuir con la comunicación a la misión de Greenpeace: conseguir un mundo más verde y en paz. Y para ello tenemos todos otra máxima muy presente: “lo imposible solo tarda un poco más.” Así que comunicamos lo mejor posible para conseguir cada día lo imposible.
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