viernes, octubre 18, 2024

Errores de comunicación en los que yo caí alguna vez

A menudo hablamos de los grandes errores estratégicos en nuestros planes de comunicación, pero se habla menos de aquellas pequeñas grandes meteduras de pata que pueden alcanzar una mayor dimensión y te hacen pasar un mal trago cuanto menos. Os comparto algunas de mis peores experiencias vitales por si os sirve de aprendizaje, aunque ya lo dice el refrán que no se aprende en piel ajena. Espero que os divirtáis por lo menos.

Por Montserrat Arias, CEO de Bemypartner / 18 de octubre de 2024

Error 1.  Las cifras equivocadas

Si algo he aprendido con los años es a no dejarnos presionar por el tiempo y la urgencia en sacar una nota de prensa o comunicado. Sobre todo, con el doble chequeo de las cifras y números. En mi caso lancé una nota de prensa sobre una nueva emisora con la frecuencia equivocada y luego me pasé varios días para subsanar el error. Los de la emisora muy contentos por no parar de recibir llamadas (en sentido irónico, claro).

Error 2. La persona equivocada en copia

Enviar un mail a una persona que no toca o poner en copia a quien no corresponde es otra de las meteduras de pata que creo que todos hemos vivido alguna vez. Es muy divertido cuando le pasa a otro, pero no tanto cuando te pasa a ti. Ante esto, dos consejos, uno repasar bien el destinatario antes de enviar y otra no escribir nada que no te importe que cualquiera pueda leer. Tu mail puede acabar en cualquier sitio.

Error 3. Da por hecho que se entiende lo que te parece evidente

Algo que he aprendido es a no dar nada por hecho y nada por entendido. Por ejemplo, en los discursos para directivos solía poner comentarios del tono a usar, aspectos a enfatizar etc. Es importante asegurarte que el directivo use esto en los ensayos y que luego tenga una versión simplemente con negritas y subrayados. Tuve que escuchar un discurso completo en el que la persona iba leyendo mis notas y comentarios como parte del discurso. En general como consejo, no des nada por hecho o entendido y minimiza al máximo las posibilidades de error.

Error 4. La falta de ensayo general

Especialmente en los eventos e incluso en otro tipo de presentaciones, intenta por todos los medios hacer un ensayo general o lo más parecido a la situación real. Con el objetivo de ahorrar costes o por la falta de tiempo, muchas veces obviamos la necesidad de este ensayo en el que es probable que detectes aspectos que no funcionaba en el directo y todavía estés en posición de cambiarlo. Todo ha de fluir y si algo no encaja se producen espacios incómodos que podías haber evitado.

Error 5.  La falta de adaptación a las costumbres locales

Parece muy obvio que si vas a Japón debes entender su cultura y lo que ellos puedan considerar como falta de educación y viceversa. Pero en mis inicios, por ejemplo, entendí que también había diferencias de costumbres importantes entre ciudades cercanas como Madrid, Barcelona o Valencia. Por ejemplo, es más probable que en Madrid te digan que acudirán a un evento por cortesía y luego se olviden, hay más eventos y están más acostumbrados a reconfirmar o repensárselo al final. Tener este dato claro puede ayudarte a manejar expectativas de asistencia.

Error 6. Dess code fail

Todos en general pero, quizás, más las mujeres por la complejidad de nuestro vestuario tenemos posibilidades de fallar con el dress code. No hay nada más incómodo que llegar a un evento con el dress code que no toca y sentirte incómoda todo el tiempo. Ante la duda siempre es mejor ir ligeramente por encima que por debajo, aunque tampoco es recomendable pasarse con el engalanamiento. También recomiendo no estrenar en momentos relevantes y probarte la ropa bien antes de usarla, sentándote y probando los diferentes movimientos. Una falda de largo normal puede parecer muy corta al sentarte y esto es incómodo en los ámbitos profesionales.

Error 7. No escuchar lo que tu cuerpo te dice a gritos.

Cuando eres empresario o directivo y tienes eventos relevantes a los que has de asistir, a menudo fuerzas la máquina más de lo que corresponde. Si estás mal, quédate en tu casa, aunque no sea algo contagioso. Los demás van a sufrir contigo y no vas a dar una buena imagen. Y encima si no saben que no estás bien pueden pensar que eres un poco raro. Por tu bienestar y por tu propia imagen, aprende a descansar cuando toca y a saber que no eres tan imprescindible.