REDACCIÓN Sábado 5 de octubre de 2019
Trabajar en un espacio de coworking puede ser una interesante posibilidad para agencias de comunicación pequeñas, que empiezan a funcionar o las que abren una pequeña delegación fuera de su ciudad de origen, así como para los freelance del sector.
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Los espacios de coworking ofrecen oficinas compartidas en las que se dan cita diferentes profesionales que buscan un espacio flexible y la posibilidad de conectar con otras empresas o profesionales. Disponen de espacios completamente equipados con las últimas tecnologías y que incluyen servicios de secretaría, teleconferencias, impresora, correo y mensajería, Wi-Fi de alta velocidad y soporte IT bajo demanda. Además, suelen contar con salas de diferentes tamaños que pueden reservarse por horas para reuniones, workshops, seminarios o incluso eventos privados.
La primera ventaja, y posiblemente la más destacada por sus usuarios, es la posibilidad de crear comunidad. Esto se traduce en que los profesionales pueden relacionarse y compartir ideas y proyectos. En definitiva, crear sinergias. Gracias a estas relaciones los profesionales entran en contacto con grupos de personas heterogéneos que les aportan nuevos puntos de vista. Es una buena forma de acabar con el aislamiento que muchas veces provoca el teletrabajo.
Y es que los espacios de coworking favorecen un modelo de trabajo flexible. Es el propio profesional quien organiza su tiempo como más le conviene, sin ataduras de horarios estrictos y sin la necesidad de encerrarse en las mismas cuatro paredes de siempre. En un espacio de coworking el profesional puede trasladarse al ambiente que más le conviene en cada momento, de tal forma que pueda maximizar su productividad y creatividad.
El ahorro de costes también es otra de sus ventajas. Con un coste muy limitado, se puede acceder a espacios completamente equipados, olvidándose de gastos en infraestructuras y costes operativos.
Un caso real de nuestro sector
Una interesante experiencia dentro de nuestro sector fue la vivida por dos empresas, 360 Activa y MAD Nomad, cuyos miembros se conocieron precisamente en un coworking y que ahora realizan trabajos conjuntamente.
¿Qué ventajas tuvo para para ellos trabajar en un espacio compartido? “Nosotros solo hemos podido encontrar ventajas. En un espacio compartido los costes son menores y las relaciones y el networking que puedes llegar a sacar es un valor añadido, sobre todo en coworkings como Wework donde se esfuerzan en crear este tipo de contactos a través de las actividades y la app”, afirma Isabel Hidalgo, fundadora de 360 Activa.
Los responsables de 360 Activa y MAD Nomad se conocieron en un coworking y, a partir de la relación que se entabló entre ambas empresas, empezaron a trabajar cono socios en proyectos conjuntos.”Empezamos desarrollando un pequeño proyecto juntos y vimos que la relación era muy buena y productiva. Desde ahí hasta día de hoy no hemos dejado de colaborar en proyectos de manera conjunta y aumentando nuestras respectivas carteras de clientes al poder ofrecer más servicios integrados que por separado tendríamos de subcontratar”, explica Francisco Nieto, co-fundador MAD Nomad.
Por su parte, Fernando Núñez, co-fundador MAD Nomad, aconseja a las empresas o profesionales que trabajan en coworking que se relacionen todo lo que puedan con los otros miembros del espacio. Incluso puede ser una buena forma de conseguir nuevos clientes. “Hoy en día toda empresa necesita comunicar a través de todos los canales que hay disponibles, ya sea grande o pequeña. Muchas tienen ya agencia o productora pero la relación que creas con ellos todos los días facilita mucho el desarrollo de proyectos. Nosotros hemos conseguido varios clientes en Wework solo por el hecho de que vienen a preguntarte dudas sobre campañas o producciones que tienen que hacer y varios han decidido cambiar de agencia/productora después de hablar con nosotros y solicitarnos alternativas creativas”, afirma.