JUAN FERRARI, CONSULTOR DE KREAB GAVIN ANDERSON Viernes 1 de marzo de 2013
Juan Ferrari publica un el blog de Kreab Gavin Anderson un interesante post en el que analiza algunas claves que debe tener en cuenta el profesional de la comunicación para dar respuesta a una campaña de difamación. Ofrecemos aquí un resumen del mismo.
Según Ferrari, “no es complicado que un rumor prenda en las redes sociales y acabe convirtiéndose en creíble aunque carezca de base y salte a blogs y webs seudoperiodísticas que sobreviven gracias a escándalos mal entendidos”. Y recomeienda triple estratégia.
1. ÁMBITO JURÍDICO.
La difamación es un delito y, por tanto, se puede acudir a la justicia en defensa del honor y la reputación. Si se tiene suerte se puede obtener un auto rápido que pare cautelarmente la difamación, pero es difícil y caro. Es preciso:
- guardar las pruebas y las listas de direcciones webs,
- obtener un acta notarial que dé fe de que “un determinado hecho” ha ocurrido en un sitio web en particular,
- pedir al sitio que retire el contenido calumnioso,
- y, nunca, nunca, amenazar. Quizá eso es lo que van buscando para ser ellos los que finalmente acudan a los tribunales.
2. REFORZAR LA REPUTACIÓN ONLINE
Como siempre, la mejor defensa es una buena profilaxis, por lo que conviene mantener los niveles reputacionales lo más “saneados posible”. A tal fin es necesario:
- monitorizar todo lo que se dice de nuestra organización o nuestra persona en la web.
- ser prudentes con la información que se transmite a través de email corporativos y personales y en redes sociales, pues el rastro en Internet es duradero,
- análisis de la información y de las webs que publican sobre nosotros,
- plan de optimización de posicionamiento SEO. Se trata de ocupar los primeros puestos en Google y otros buscadores con webs favorables. Así, aunque no podemos hacer desaparecer los comentarios negativos, sí podemos relegarlos. El 90% de los internautas sólo ven las tres primeras páginas del resultado del buscador,
- neutralizar los mensajes negativos. La gente es proclive a resaltar los defectos, pero rara vez las virtudes. Por eso, es mucho más fácil encontrar críticas que alabanzas en Internet, arrojando una visión errónea de un servicio o producto que sin embargo tiene una gran repercusión entre los posibles clientes.
- reservar el nombre y apellidos en todos los portales dedicados a las redes sociales y perfiles profesionales, y por supuesto los dominios punto.com.
3. CONTRARRESTAR UN ATAQUE.
La prevención, aunque imprescindible, no impedirá que el ataque se produzca. Si se llega a esta situación conviene:
- analizar el conflicto, obtener la máxima información sobre los formatos y sitios desde donde se articula el ataque y su foco originario, quién participa en él, el alcance que tiene (local, nacional, internacional), el grado de posicionamiento en los buscadores y si traspasa el ámbito virtual para saltar a medios tradicionales,
- contraatacar rápidamente en los mismos foros donde se produce la difamación (blogs y foros, frecuentemente, pero también desde redes sociales) rebatiendo los argumentos con pruebas y hechos contrastables. Frente a la opinión, información,
- no replicar esa información en otros foros o blogs, pues podríamos multiplicar el ataque, algo que debemos evitar a toda costa,
- si no tenemos webs o blogs favorables para contrarrestar el ataque, crearlas. Y por supuesto, posicionarlas arriba en los buscadores,
- si se trata de vídeos e imágenes que aparecen, por ejemplo en Youtube, hay que tener en cuenta que muchas de estas páginas tienen sus propios servicios de notificación de abusos para que los retiren rápidamente.
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