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Cómo Comunicar para un Sindicato

HÉCTOR GONZÁLEZ, DIRECTOR DE COMUNICACIÓN DE CSIF EN LA COMUNIDAD VALENCIANA Lunes 11 de junio de 2012

Adaptarse a la vorágine informativa, huir de los lemas en las notas de prensa y ampliar los temas de que informar (no sólo huelgas y EREs). Son algunos de los consejos de Héctor González, Director de Comunicación del sindicato CSIF de la Comunidad Valenciana, para hacer una comunicación sindical más profesional.

La información sindical diaria considerada como tal suele quedar relegada a un breve o a escasos segundos dentro de la sección de economía de los medios de comunicación. Esta circunstancia varía cuando una masiva manifestación convocada por sindicatos atraviesa las calles de una ciudad o cuando una huelga interrumpe la vida cotidiana de los ciudadanos. No obstante, hablamos de excepciones. En general, existe un desconocimiento recíproco que impide que adquiera el carácter noticioso que, por su volumen de afectados e interesados, le correspondería.


 

¿Qué piensa el periodista de los sindicatos?

 

Los relaciona con la imagen que –no siempre positiva- transmiten los dos líderes nacionales de UGT y CCOO. Los árboles no le permiten ver el bosque ni caer en la cuenta de que comunidades como la valenciana cuentan con más de cien mil afiliados a algún sindicato, tanto en el ámbito privado como en el de la administración pública. Desde policías a profesores, enfermeros o asalariados por cuenta ajena de todo tipo de industrias tienen su correspondiente carné.


La nomenclatura sindical teje una especie de madeja que enfanga ese campo informativo. Comité de empresa, junta de personal, delegado, preaviso, mesa de negociación…, la terminología resulta tan abundante como en exceso farragoso para el lego. El periodista desconecta. Peor aún, la connotación social de vocablos como piquete o liberado sindical genera una nebulosa de prejuicios urbanos de la que no está exento el informador.

 

¿Qué errores cometen los sindicalistas al acercarse a los medios?

 

Emplean un argot propio del sindicalismo, con proclamas, explicaciones sectoriales y complejas. Les falta claridad y concisión. Dan por sentado, por ejemplo, que un periodista que trata cuestiones educativas domina al dedillo términos tan intrínsecos como mesa técnica, provisión de vacantes, concursillo…

 

Consideran que su ritmo se acompasa al de los medios y no se percatan, en demasiadas ocasiones, de que son ellos quienes han de adaptarse a la vorágine informativa. Una declaración en radio o televisión necesita una disponibilidad inmediata, y una información para un periódico escrito o digital se consigue ese día, no cuando el sindicalista encuentre el hueco para obtenerla. De lo contrario, deja de interesar informativamente. Resulta necesario labrar más la inmediatez.

 

¿Cómo enlazar los intereses de ambos?

 

Para empezar, con la contratación, por parte del sindicato, de un licenciado en Periodismo, preferiblemente que haya trabajado en medios y conozca, por propia experiencia, sus necesidades y dinámicas productivas. De esta forma sustituirá las notas con lemas y lenguaje sindicalista por informaciones objetivas y periodísticas. Inteligibles y que puedan despertar el interés de quien las recibe. Ese profesional impulsará, además, la web del sindicato, las redes sociales y explicará a los representantes de la entidad para la que trabaja cómo han de expresarse ante un micrófono o delante de una cámara.

 

También ayudará a que el periodista que desarrolla su labor en un medio comprenda que hablar de sindicatos no equivale a aludir al ERE de una empresa, sino que puede recurrir a esa fuente para abordar las carencias en un hospital, deficiencias educativas o la falta de efectivos policiales en un municipio. En definitiva, problemas sociales que atañen de lleno al ciudadano, es decir, al consumidor de su producto informativo.

 

Por ejemplo, el sindicato en el que trabajo, CSI·F, tiene 18.000 afiliados en la Comunidad Valenciana. Cada día varias decenas de ellos acuden a la asesoría jurídica, a cursos de formación, a realizar consultas laborales en sus diferentes sectores. Esto significa un trasiego de datos. El periodista que cultiva el ámbito sindical puede encontrarse caudalosas fuentes de información y una nutrida audiencia potencial.

 

En cualquier caso, cada entidad sindical, como cada empresa o institución, cuenta con sus singularidades y entresijos. El correspondiente director de comunicación sabrá cómo analizarlos, trabajarlos y transmitirlos, cuándo y cómo considere, para reforzar la marca de ese sindicato. En este artículo me he limitado a esbozar nociones y consejos fruto de mi experiencia personal con el ánimo de que resulten útiles para colegas de oficio.