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La Comunicación y el Marketing de los Artistas

SERGIO G. GARCÍA, COMUNICADOR Y PROMOTOR CULTURAL Lunes 23 de julio de 2012

Pintores, escultores, músicos y artistas en general son profesionales que, para darse a conocer, necesitan de unas técnicas y habilidades de comunicación muy específicas. Sergio G. García, comunicador y promotor cultural de Hermes Comunicación, reflexiona en este artículo sobre el marketing de los artistas.

Desde hace diez años, utilizo el arte como un canal para complementar las campañas de marketing y comunicación de mis clientes, especialmente en el ámbito de la hostelería, produciendo algunas exposiciones fotográficas para llevarlas de “tour” allá donde nuestros clientes necesitaban abrirse paso, u organizando exposiciones de artistas  para dinamizar la presencia mediática de distintos espacios.


Después de años de interacción con artistas en distintos ámbitos de creación, detecté una carencia común en todos ellos: el marketing y la comunicación. Entonces decidí emprender una iniciativa pedagógica, organizando cursos prácticos de marketing y comunicación para este colectivo, con el objetivo de compartir  algunas herramientas básicas que puedan servir y pueda fácilmente llevarse a la práctica.


Obviamente la comunicación es un arte, que se aprende no sólo con el dominio de la técnica, sino con la práctica constante. Pero todo aquel que quiera presentar alguna propuesta en sociedad, sea una idea, sea una colección de fotografías o de esculturas, etc., tiene que ser consciente de la necesidad de poder comunicar, ya que esa idea, esa escultura o esa pintura, no se va a materializar ante los ojos de los demás si no se difunde.


Para los artistas difundir no sólo es que haya un comunicado de prensa o una crítica acerca de su obra, sino más bien el hecho de exponer, ya que al presentar su obra en sociedad, además de compartir una propuesta de expresión desde un punto de vista particular, el artista promociona su percepción artística, que dependerá, además de su valía en el dominio de la técnica y la habilidad en la expresión, del grado de aceptación que reciba de los demás.

 

Este grado de aceptación viene del ejercicio constante en el oficio. Aunque nos parezca que el dúo musical “Los del Río” haya tenido suerte con su rotundo éxito “Macarena”, la verdad es que vienen cantando desde los años 60, aunque nuestra conciencia sólo registre el éxito obtenido en 1995. Hay 35 años de cultivo en el oficio.

Es por eso que recomiendo a los artistas que estén comprometidos con su arte, que expongan por lo menos cuatro veces al año, ya que a través de esa plataforma de comunicación, podrán, además de depurar su técnica y ganar habilidad, interactuar con el público y enriquecerse del intercambio. La exposición es una fuente de información de primera mano, que no debe desaprovecharse.


Algunos ejemplos concretos

Muchos de los artistas que acuden a mis cursos se quejan de que los medios de comunicación no les hace caso cuando ellos les envían una invitación para sus inauguraciones.  Los artistas esperan que de esa invitación surja un artículo, o que por lo menos salga su evento publicado en la agenda. 


Para que ese envío sea más eficaz, es recomendable, además de enviar la invitación digital, que sea acompañada de texto, con una pequeña descripción si carece de un comunicado de prensa, además de una fotografía de la obra.


Las redacciones no disponen ya de mucho personal que pueda “mecanografiar” los textos que vienen en una imagen, siendo más fácil, si el texto está bien redactado y la información es correcta, “copiar y pegar”. Esto no asegura la publicación, pero mejora las posibilidades.


Igualmente, algunos artistas se quejan de que cuando exponen no venden lo que ellos esperaban vender. Aquí nos remitimos al ejemplo de “Los del Río”, a quienes el estrellato no les llegó hasta mucho, pero mucho después. No obstante ellos no dejaron de “comunicar” desde que empezaron su andadura artística en los años 60, lo que refuerza la necesidad de la comunicación constante, especialmente si uno está comprometido con lo que hace.


Más que pretender enseñar el oficio de la comunicación, lo que hago en mis cursos es hacer tomar conciencia a los artistas de la necesidad de comunicar, ya que si no comunican no se dan a conocer…y si no se dan a conocer es como un tesoro escondido, que si bien es un tesoro, no puede ser disfrutado ni admirado por nadie.