REDACCIÓN Lunes 13 de febrero de 2017
Hill+Knowlton Strategies junto a FEDEPE, la Federación Española de Mujeres Directivas, Ejecutivas, Profesionales y Empresarias ha celebrado la mesa redonda “La tecnología como herramienta para atraer y retener el talento femenino”. En colaboración con el grupo de mujeres #SomosMujeresTech y el IE Business School.
La jornada arrancó con unas palabras de bienvenida a cargo de Amber Wigmore, Directora Global de Desarrollo de Talento y de Carreras de IE. También intervinieron Ana Puy, Directora de la Unidad de Mujeres y Ciencia en la Secretaría de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación, y Ana Bujaldón, empresaria y Presidenta de FEDEPE. Tras lo cual se celebró el debate, moderado en esta ocasión por Marta Echarri, miembro de la Junta Directiva de FEDEPE y Executive Director de J.P. Morgan Chase&Co. En la misma participaron:
- Elena Betés, Fundadora de Rastreator
- Rosa Díaz, Directora General de Panda Security España
- Wim Focquet, Director Académico Máster Desarrollo de Talento y Recursos Humanos en IE
- Meritxell Guitart, Consejera y anterior CEO de Hogarth Worldwide
- Edurne de Oteiza, COO de WallaPop
- María José Talavera, Directora General de VMware
- Patricia Urbez, Directora General de Sector Público y Cuentas Corporativas de Fujitsu.
CONCLUSIONES:
1) Las mujeres tienen una enorme oportunidad para liderar el siglo XXI a través de la tecnología. En la Revolución Digital el talento femenino será imprescindible.
2) La tecnología y la telepresencia permiten romper algunas de las barreras provocadas por la desigualdad de género pero no todas. La cultura imperante hace que todavía pervivan muchos muros con los que la tecnología no puede. Es importante enfocarse en la flexibilidad pero optimizando la productividad.
3) La tecnología no es solo teletrabajo, es un auténtico cambio de chip, en el que cambia el modo en el que nos relacionamos con la empresa. En un momento en el que la creatividad y la innovación son tan importantes resulta especialmente útil disponer de un poco de soledad y con un espacio propio. Ahí es donde entra en juego, con mucha fuerza, el teletrabajo. La confianza es clave en los equipos a la hora de implementar el teletrabajo.
4) La revolución digital ha llegado en un momento en el que la mujer está plenamente incorporada al mundo laboral.
5) La tecnología y el teletrabajo van mucho más allá del hecho de trabajar desde casa. Ambos facilitan que se pueda gestionar un equipo disperso por todo el mundo sin necesidad de viajar, lo que favorece mucho a la conciliación de la vida familiar, personal y laboral, y contribuye a que las mujeres puedan acceder con menor dificultad a puestos de la alta dirección.
6) Es un hecho que hay menos mujeres emprendedoras que hombres, porque se asume que las mujeres son menos dadas a asumir riesgos que los hombres y tienen más miedo al fracaso. La realidad es que los hombres también sufren estos mismos miedos aunque quizás lo exteriorizan menos.
7) En el futuro no existirán las jerarquías empresariales tal y como las conocemos ahora. Prevemos que la meritocracia será la reguladora del orden interno de las empresas y que se articulará a través del teletrabajo, y del trabajo por objetivos. Los departamentos de RRHH y tecnología están dando pautas para incorporar esta nueva forma de trabajar, necesariamente unidas a la confianza, así como a aspectos relacionados con la ciberseguridad y la protección de datos.
8) Hoy en día una destacada presencia femenina resulta clave para el éxito en numerosos sectores de actividad. Es común que las profesionales aporten un enfoque más holístico que sus compañeros varones y que utilicen buenas dosis de inteligencia emocional en sus relaciones con compañeros y clientes. Algo especialmente valorado en el terreno comercial y en la gestión de grandes cuentas.
9) El esfuerzo para que la incorporación de la mujer a la empresa, también en puestos de dirección sea plena, no corresponden solo a las empresas. Se precisa un esfuerzo adicional por parte del sector público para que las cosas cambien. Creando más infraestructuras de apoyo (guarderías, residencias…) y sensibilizando a la sociedad para un reparto más equitativo de las tareas.