En la semana previa al Salón Gourmets, otra de las grandes citas gastronómicas de la capital, se ha presentado oficialmente la Delegación de Madrid de Mujeres en Gastronomía (MEG), con María Jiménez Latorre, cocinera y divulgadora gastronómica, al frente. Sin duda un evento que sirvió para dejar claro que existe mucho talento femenino, mujeres en todos los ámbitos del sector que han llegado lejos gracias a su esfuerzo.
Por Redacción, 21 de abril de 2022
La cita comenzaba con la periodista Begoña Tormo dando la bienvenida al casi centenar de asistentes recordando que MEG es una plataforma “para contactarnos, apoyarnos y ayudarnos” entre cocineras, hosteleras, profesoras, empresarias, sumilleres, productoras, periodistas, creadoras de contenido… unidas por la gastronomía.
A continuación, María José Sam Román, presidenta de la asociación, agradeció su presencia y apoyo a tod@s los patrocinadores y recordó la importancia de MEG con la sensibilidad que la caracteriza, reflexionando sobre por qué no hay más mujeres visibles en la hostelería: “Si somos un 55% del sector, es preocupante que en la élite de la hostelería esto no se refleje. Tenemos que sembrar para recoger. A las mujeres no se nos ha dicho ‘tú vales’ y tenemos el complejo de que nunca hacemos lo suficiente. Hay que sembrar mujeres, hay que decirles que valen y hay que ponerles luz para que las vean. De la mano de la formación es de donde vamos a salir adelante. Vamos a hacer crecer mujeres, para que puedan llegar tan lejos como quieran”. Tan lejos como han llegado quienes, tras la intervención de Teresa Gutiérrez y María Jiménez, expusieron sus casos de éxito:
Silvia García Guijarro, head sommelier del Mandarín Oriental Ritz, contó cómo para ella, que se ha encontrado con muchos baches en el camino, “esto no es un sueño cumplido, porque una chica de un pueblito de 100 habitantes nunca se habría atrevido a soñar que podría llegar tan lejos”. Pero enseñó a la audiencia que poco a poco, luchando, lo vas consiguiendo. “Cuando hay algo que te tira para hacer las cosas, pues es lo que hay que hacer, ¡tirar! O le echas narices, o las cosas no salen solas, si quieres algo tienes que ir a por ello y lucharlo y da igual lo que otros piensen…” Pese a su juventud, contó que cuando empezó “era muy raro querer ser sumiller, pero yo eché para adelante porque este mundo me enamoró y me dio igual lo que la gente pensara porque por fin, yo sabía lo que quería ser”. La que ha sido nombrada Mejor sumiller del año 2021 por Verema, apuntó que pese a haber pocas mujeres en sus inicios, siempre se sintió arropada tanto por compañeros como compañeras. Confió en ella misma y luchó por lo que quiso.
La alicantina Rocío Riquelme hacía 17 arroces a la vez y daba de comer a 70 comensales a diario en el restaurante familiar y cuando salía a la sala le preguntaban por su padre o su hermano… Ahora, además de seguir haciendo unos arroces de 10, tiene una asesoría, Adelante Gastronómica, con la que se mueve por toda la Comunidad Valenciana -y también por Madrid-, además de haber ido a cocinar los arroces de su tierra en la Expo Dubai 2020 junto a María José San Román. Escapándose un rato de los fogones, ya que fue ella quien preparó el fabuloso arroz que se degustó tras la presentación, se acercó a la mesa para reclamar que “tenemos que seguir apoyándonos para conseguir una visibilidad. Hay mucha gente que cree que somos pocas en la gastronomía y no es así. No nos podemos cansar de hacer ruido”.
Pero no todos los miembros de MEG son mujeres. Aquellos hombres que valoran la profesionalidad, apoyan y ayudan a visibilizar a sus compañeras, son más que bienvenidos; y con esa premisa acudió José Eladio Cuervo, director comercial de Bacalao El Barquero, que vino en nombre de su madre María Serbanda García, que aunque cosechó y fue responsable de muchos éxitos para la marca y como cocinera durante más de 40 años en un restaurante de Oviedo, ella nunca recogió ninguno, llevándose siempre el protagonismo un hombre, lo que le generó mucha frustración. Tanta que sin duda fue la ausencia más notable de la sala, y a quienes los asistentes ‘aplaudieron’ en la distancia. Quien sí estuvo bien presente fue la todo terreno cocinera venezolana Adriana Urbina, que contó su trayectoria desde una escuela de cocina en Caracas donde la llamaban ‘la princesita’ hasta triunfar en Nueva York tras haberse formado en restaurantes como Martín Berasategui o Mugaritz.
Además, es la fundadora de Tepuy Collective, una plataforma para dar oportunidades, apoyar e impulsar a las mujeres. Los testimonios terminaron con las reflexiones de Blanca García Henche, profesora e investigadora de la Universidad de Alcalá, que está llevando a cabo un estudio junto al profesor Pedro Cuesta sobre el papel de la mujer en la gastronomía con cerca de 500 encuestadas. En él se subraya la necesidad del asociacionismo y el uso de las redes sociales para darse visibilidad, así como el hecho de que la mayoría de las mujeres que ostentan cargos de gestión es porque ellas son emprendedoras de sus propios negocios.
Pero el evento tenía como objetivo presentar la nueva delegación provincial de Madrid, y la cocinera de Villarobledo Teresa Gutierrez del restaurante Azafrán, en la Junta Directiva de MEG desde hace tres años, recordó desde la mesa presidencial el nacimiento de esas agrupaciones territoriales el pasado año en la misma sede. Una idea que surgió para actuar de una forma mucho más directa dentro de cada comunidad y que le está dando la oportunidad de conocer a muchísimas mujeres del sector, ya que además es delegada de Castilla La Macha. Fue ella la encargada de presentar y dar paso a su homónima en Madrid, María Jiménez Latorre, cocinera, profesora y divulgadora gastronómica a través de dos libros, programas de radio y televisión… La polifacética chef dijo que MEG es “levantar el teléfono, poder pedir ayuda y que te respondan”.
Muestra de ello fue el éxito de convocatoria, al que asistieron muchas de las integrantes de este grupo que empezó a gestarse hace apenas 3 meses en el hotel Ritz. “Hace un año no sabía lo que era MEG y cuando conocí a María José San Román, surgió una gran amistad, surgieron sinergias, hemos trabajado juntas, entendí lo que era MEG y me encantó la idea«. Apuntó además cómo ve ella la ‘igualdad’ en el sector: “no se trata de alcanzar una cuota, yo no quiero que una mujer brille porque se necesite una cuota -como solo hay cuatro hombres y solo hay tres mujeres tenemos que meter una más-. No, yo lo que quiero es que no haya fotos en la que solo aparezcan hombres, porque imágenes así te llevan a pensar ¿no hay ninguna mujer que valga?”. Añadió que no quiere “que nada se le dé a una mujer por ser mujer… yo no creo en el género, creo en las personas”. También reconoció que las mujeres han estado mucho más tapadas por cuestiones de educación y que esa es la forma de avanzar hacia la igualdad: educando en ella.
Tras estas inspiradoras palabras, Juanjo Madariaga, director comercial de Mahou San Miguel -patrocinador oficial de MEG desde sus comienzos-, recordó que esta cervecera existe precisamente gracias a una mujer, Brígida Solana, la viuda de Casimiro Mahou, que se empeñó en cumplir el sueño de su marido de emprender un negocio cervecero. 130 años después, es todo un fenómeno, una marca siempre vinculada a Madrid que ha llegado a todo el mundo. El encuentro se aprovechó así mismo para renovar la relación con Mahou San Miguel y también para firmar dos nuevos acuerdos de colaboración: uno con Gaviota, empresa líder en fabricación de accesorios de persianas y sistemas de toldos y acristalamientos, en cuya representación acudió Elena Alexandrova; y otro con el Instituto de Cultura Gastronómica de Castilla la Mancha, representado por su presidente, Antonio Mateos. Se trata de la única entidad gastronómica reconocida por la Real Academia de Gastronomía en CLM y cuyo fin es promover, fomentar, investigar y proteger todo lo relacionado con la gastronomía como hecho cultural en Castilla-La Mancha. Es un orgullo que sus objetivos los desarrollen visibilizando a las mujeres que forman parte de esa cultura, y es que además, la mayoría de sus integrantes son féminas.
La periodista Cristina Villanueva, autora del libro ‘Desplegando velas’, que trata sobre el movimiento feminista de los años 70 que luchó para no que no se vetaran los propósitos o sueños de las mujeres, acudió también para ser presentada como la nueva incorporación al Consejo Asesor de MEG y criticó la idea de que haya que ser una superwoman o ‘luchar’ contra algo para obtener un reconocimiento que se pone en entredicho por sistema… “Eso no es justo, también las hay que no son tan valientes, tienen talento y tienen derecho a esa luz”, sentenciaba. Sin duda un fichaje con mucho que aportar.
La parte formal del acto terminó con la intervención del mentalista Anthony Blake y un discurso que trató precisamente sobre el esfuerzo extra que tienen que hacer las mujeres por el hecho de serlo. Un broche que puso a los asistentes ‘Con la mente en la gastronomía’ y que dio paso a la foto de grupo en la señorial escalinata del Palacio de Santoña y al distendido cóctel servido por los alumnos de la Escuela de Hostelería de la Cámara de Comercio de Madrid y compuesto por productos de primera cedidos por patrocinadores y MEGs de diferentes regiones como fueron:
Quesos Ruperto, firma murciana que hace quesos con la leche de sus ovejas Laucunne desde 2017 con el compromiso de elaborar un producto de calidad, lo más natural posible y en ciclo cerrado -es decir, de forma sostenible-. Ofrecieron tres de sus cinco quesos: Rulo de oveja afinado, El abuelo madurado y su Queso azul, “como un Cabrales pero hecho en Murcia”, explicaba a todo el que preguntaba por él Guillermina Sánchez.
El Barquero Gourmet Selección, con José Eladio Cuervo al frente, aprovechó la ocasión para presentar un nuevo corte de su delicioso bacalao con un sabor delicado, elegante y aroma sutil, textura suave y cremosa. En el cóctel se pudo degustar en tempura y como ingrediente del arroz que elaboró Rocío Riquelme, en el que también estaban bien presentes los Caldos de Caldero Punta Aljibe, y que enamoró a todos los asistentes.
Nicoletta Negrini, embajadora indiscutible de los productos italianos en España -lleva 25 años dando a conocer la riqueza de la eno-gastronomía de su país en España-, aportó la famosísima mortadela trufada de su firma Negrini, una rueda de Grana Padano que fue el foco de muchas miradas, además de Crakers pergamena guttiau y sus riquísimos Grissini. Su burrata fue el acompañamiento perfecto de las fresas del postre.
Para mojar en los aceites de Almazaras de la Subbética -representados con AOVES tan premiados como Rincón de la Subbética, Alma Oliva, Oro Parqueoliva…- estaban los variados y artesanos panes de 3 Letras PAN, aunque el Molde de centeno, chocolate y naranja y las Regañás eran un bocado en sí mismos. También para comer sin parar estaban las famosas patatas San Nicasio, también de la firma aceitera, en su versión clásica con sal del Himalaya o con pimienta negra.
Para acompañar las viandas, la firma madrileña Bocamanga deleitó a los asistentes con dos de sus vermús, elaborados como todos los que hace a partir de recetas tradicionales. En este caso pudieron degustarse el Barrica (airén y tempranillo, botánicos macerados en barrica) y el Naranja (airén, raíces, flores y destilado de pieles de naranja fresca) y su licor Pista Corta de Flores de Violeta; los vinos de Las Moradas de San Martín -que llevaron Initio y Albillo Real-; y por supuesto no faltaron las cervezas Mahou y aguas de Solán de Cabras.
Mujeres en Gastronomía (www.asociacionmeg.es) nació hace 4 años como un movimiento de espíritu colaborativo e inclusivo con el fin de dar visibilidad a la mujer en la gastronomía. Su objetivo es respaldar el talento femenino, divulgar el conocimiento en un ámbito de igualdad y, además, crear un espacio de networking, cooperación y sinergias que impulse nuevos proyectos empresariales, académicos y científicos. Hace poco más de un año empezó a crear las delegaciones provinciales con el fin de profesionalizar y ampliar el entramado de MEG para que siempre haya mujeres presentes en eventos, simposios o concursos a lo largo y ancho de nuestro territorio. La función de estas delegadas no es otra que lograr unir a mujeres con talento del sector y remar juntas hacia una necesaria igualdad en la que por supuesto los hombres también tienen cabida. El fin de estas delegaciones -14 en total que cada día se mueven más activamente- es unir y aportar valor añadido a la asociación con una red de contactos profesional. Sin duda estos grupos demuestran que hay talento femenino suficiente como para que estén presentes en todos los ámbitos de la gastronomía.
MEG cuenta con el apoyo de sus patrocinadores oficiales, Mahou San Miguel y Gaviota Group y sus colaboradores Casa Mediterráneo, Bacalao El Barquero, Sanosil, Banco Sabadell, Scoolinary, BRA y las Universidades de Alicante y Salamanca, la Cámara de Comercio de Madrid y el Instituto de Cultura Gastronómica de Castilla La Mancha.