Marta Pérez, directora de Melodijopérez, creó la primera agencia de comunicación rural en 2021, un proyecto al que ese mismo año se incorporó su hermano David. Tienen su sede en Santullano, una parroquia de menos de 300 habitantes dentro del concejo asturiano de Las Regueras, aunque pueden dar servicio en cualquier parte de España.
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Por Redacción, 5 de abril de 2024
¿Cómo y cuándo nació la agencia?
La agencia nació en el año 2021, hace justo tres años. Estábamos saliendo de la pandemia y consideré que era el momento adecuado para poner en marcha un proyecto de comunicación que llevaba años rondándome en la cabeza. ¿Por qué? Porque las necesidades de digitalización y profesionalización de comunicación para pequeñas empresas se hicieron más evidentes cuando se cerraron las puertas de los espacios físicos y no existían los canales de comunicación adecuados en los espacios virtuales. Melodijopérez lo pensé como algo pequeño, más enfocado al autoempleo, para dar servicio a mi entorno (tanto entidades públicas como privadas) desde mi experiencia. Pero enseguida tuve que pedir ayuda y escalar el proyecto. El mismo año de la fundación de la empresa se incorporó como socio David, mi hermano, también periodista, que trabajaba en una agencia de comunicación en la ciudad y regresó al pueblo. En la actualidad la empresa tiene cuatro trabajadores.
Os definís como una agencia de comunicación rural. ¿Por qué habéis apostado por esta especialización?
La idea de trabajar con proyectos del entorno rural siempre estuvo ahí, faltaba ponerle la etiqueta. Queríamos llegar a donde no llegan las grandes agencias, tanto por distancia física como mental. La estrategia de diferenciación funcionó y el medio rural respondió enseguida. Nuestra filosofía, que llamamos “ruralismo ilustrado”, con el lema “todo para el pueblo, pero desde el pueblo”, reivindica el orgullo de ser de pueblo y la necesidad de crear sinergias entre la población rural, apostando por las empresas que se asientan en los pueblos. Es muy habitual encontrarnos con campañas que incentivan la compra en el comercio local o producto de cercanía, pero cuando hacemos esta reflexión solemos olvidarnos de los servicios: de la gestoría de la esquina, del informático que trabaja desde su casa, o de una agencia de comunicación, como es nuestro caso. Que la panadería del pueblo contrate los servicios del Kit Digital con una gran corporación de Madrid es un contrasentido. Ofrecer servicios de calidad desde el pueblo es un valor añadido
Tenéis vuestra sede en un pueblo de Asturias. ¿Significa esto que vuestro radio de acción se limita a Asturias o la zona norte?
Por razones de cercanía trabajamos con un mayor número de proyectos de nuestro entorno, pero la distancia física no supone una limitación. Tenemos proyectos en Cantabria, en Extremadura o en Madrid.
¿Cuáles son los principales servicios que ofrecéis?
Queremos que los nuevos soportes de comunicación sean un aliado y no un enemigo. Somos periodistas de formación y nos gusta contar historias, pero queremos contar historias para nuestro tiempo. Algo que nos cogió completamente por sorpresa ha sido el podcast, un formato con el que cada vez trabamoos más, hasta el punto que hemos creado un spinoff de Melodijopérez, que es Ruralpod, un estudio de podcast al servicio del medio rural, del que salen talleres, eventos y programas, desde un podcast sobre el Camino Primitivo de Santiago o Dalle Mio Nena, un programa sobre mujeres rurales que tiene ya varios premios, como el Premio a la Excelencia en Comunicación para Mujeres Rurales del Ministerio de Agricultura, o el Premio a la Innovación y Creatividad en Marketing, del Club de Marketing de Asturias.
¿Cuál es el tipo de cliente al que os dirigís?
En la esfera pública, entidades que trabajan en el medio rural, sobre todo pequeños ayuntamientos. También asociaciones, con una mayor incidencia en el ámbito de la cultura, porque necesitan un refuerzo en comunicación para dar visibilidad a su programación. Y pequeños negocios, para ayudarles tanto en su día a día en el plano de la comunicación y como con campañas específicas.
¿Podéis hablarnos de alguna acción destacada desarrollada para alguno de vuestros clientes?
Estamos muy orgullosos de trabajar con La Benéfica de Piloña, el proyecto de Rodrigo Cuevas, Nacho Sandoval y Sergi Martí para recuperar el teatro de su pueblo (L’Infiestu) y llenarlo de vida. Es un lujo, tanto por la entidad del proyecto y su filosofía plenamente coincidente con nuestros valores, como por la respuesta de la gente. Cada acción de comunicación en La Benéfica tiene una respuesta en que desborda las expectativas y esto es muy gratificante.
¿Cuál dirías que es la ventaja diferencial que más aprecian vuestros clientes?
La cercanía, saber que hay alguien al teléfono para resolver cualquier duda e incidencia. Y creo que también la sinceridad. No somos complacientes con nuestros clientes, en el sentido de que intentamos sacar lo mejor de cada uno y no conformarnos. Si algo está mal o regular, se dice, siempre de forma constructiva para que, entre todos, conseguir un resultado excelente. Intentamos implicarles y hacerles partícipes del proceso.
¿Cuáles son los principales problemas que habéis afrontado?
Cuando llegó el Kit Digital. Sabíamos que teníamos que subirnos a ese carro, sí o sí, porque mientras durase, nadie iba a querer nada que no fuese con cargo a estas ayudas. También con riesgo de perder clientes que ya estaban trabajando con nosotros. Nos pilló casi empezando a construir la empresa y tuvimos que trabajar muy duro para elevar la facturación en un tiempo récord y conseguir la acreditación como agentes digitalizadores.
¿Qué planes tenéis para un futuro próximo?
Continuar escalando la empresa de forma sostenible, generando empleo en el medio rural; y reforzar nuestra apuesta por el podcast, es una de las cosas más gratificantes que hacemos y aún tiene mucho potencial y recorrido.
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