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Seis diferencias entre hombres y mujeres en comunicación

MONTSE ARIAS, DIRECTORA GENERAL DE ONE TO ONE RELACIONES PÚBLICAS Jueves 26 de septiembre de 2013

¿Hay diferencias entre la forma de comunicar de hombres y mujeres? ¿Nos cuesta más o menos defender nuestra opinión? ¿Nuestro lenguaje corporal es distinto? ¿Nos frena nuestro tono de voz? Montse Arias, directora general de la agencia One to One Relaciones Públicas, firma este interesante artículo.

Es un tema importante porque si existen diferencias, debería tenerse en cuenta en la formación y la preparación. Aunque la comunicación es un arte sin sexo ni fronteras, me gustaría valorar algunas diferencias en diferentes ámbitos. 

 

1- Tendencia a una menor asertividad en la comunicación.

 

Según la filósofa Carol Gilligan, a partir de determinada edad se nos educa diferente, a los niños “se les enseña a ser seguros y a hablar alto y claro” mientras que a las niñas se les dice “que si quieren ser queridas y respetadas tienen que silenciar su voz”. Nos educaron para pedir perdón antes de hablar, para no molestar con nuestras opiniones, para promover la paz, la armonía doméstica y el equilibrio.

 

Sin embargo, en los puestos directivos es muy difícil contentar a todo el mundo con lo que decimos. Según Núria Chinchilla, profesora en IESE Business School . “La mujer está como pidiendo perdón, tiene una asertividad menor y está más condicionada por el qué dirán más que del potencial. Suele tener una autoestima más baja y estar más pendientes de lo que diga el otro”.

 

En definitiva, parece que las mujeres deberíamos mejorar nuestra autoestima, ser más nosotras mismas para brillar ya que según Núria Chinchilla sólo así podremos mostrar nuestro valor: “Comunicación es poner en común aquello que se es. La autenticidad es clave. La base es como eres, el carácter, la seguridad. Saber que puedes ayudar y construir”. Evidentemente, sin contenido, ni fondo y valor que aportar, no hay buen comunicador.

 

2- Al mismo tiempo la mujer parece tener mayor capacidad para escuchar y ponerse en el sitio del otro.

 

Estos son aspectos fundamentales en cualquier proceso de comunicación e incluso negociación. La mujer parece tener mayor empatía, una cualidad imprescindible para el buen comunicador. En este sentido, Yolanda López, coach de liderazgo y directora de Gaudius, afirma que antes algunas mujeres optaban por un “exceso de asertividad o una masculinización de sus comportamientos para ser consideradas uno más en la reunión”, de esta manera las mujeres imitaban los comportamientos masculinos de la mayoría directiva. Sin embargo, ahora, en las empresas se valora cada vez más otro tipo de habilidades más orientadas al consenso, a potenciar la creatividad y la productividad. Según Yolanda López “ahora se forma y se potencian otro tipo de capacidades comunicativas, como aprender a  escuchar. Escuchar simplemente para entender, no para responder o esperando a que el otro acabe para rebatirlo”.

 

Igualmente, también se está demostrando que autoridad y capacidad de gustar a los demás son bastante compatibles. Según algunos estudios, las mujeres incluso son más apreciadas por su entorno laboral que los hombres en puestos directivos http://blogs.hbr.org/cs/2013/04/leaning_in_without_hesitation.html. Probablemente, las habilidades comunicativas que han desarrollado desde niñas, las llevan a desarrollar estrategias de resolución de conflicto a través del consenso y a tener más en cuenta a las personas, valores que están cada vez más en auge en las empresas. El “estilo femenino”, parece ser también, rentable.

 

3- En cuanto al tono y la actitud, en general, nuestro tono de voz suele ser más bajo, menos grave y menos expansivo que el de los hombres.

 

Según Núria Chinchilla, “las mujeres tenemos, de entrada, un timbre diferente que dificulta que los hombres escuchen y también utilizamos un tipo de palabras diferentes”. Esto se nota mucho y la mujer “puede ser invisible. Por ejemplo en un consejo puede decir algo y que ni tan siquiera sea escuchado. No tiene la gravitas, la autoridad”. En este sentido es fundamental contar con la formación adecuada para proyectar nuestra voz y mantener una actitud adecuada. Sin un tono adecuado, nuestro mensaje se perdería.

 

4- La actitud corporal también suele ser diferente.

 

La comunicación es básicamente no verbal y cerca de un 40% de nuestro mensaje correspondería a nuestros gestos y posición del cuerpo. Tendemos a atribuir autoridad al que lo manifiesta y para los hombres es más fácil adoptar posturas de dominio. Imagínense un hombre con las piernas algo abiertas, las manos en las caderas y los hombros bien erguidos, esto es más difícil de ver en las mujeres, que tienden a ocupar menos espacio. La próxima vez que vaya a una reunión o una oficina observe en qué lugares y cómo están sentados los hombres y las mujeres y me entenderán. Por otra parte, adoptar una postura de poder, de autoridad, es importante no solo por la forma en la que nos ven los demás sino porque afecta en la manera en cómo nosotros mismos nos sentimos.

 

Os recomiendo, cuando tengáis un momento, el visionado de esta charla de Amy Cuddy sobre cómo el lenguaje corporal moldea nuestra identidad: http://www.ted.com/talks/amy_cuddy_your_body_language_shapes_who_you_are.html

 

Es posible también que nos influyan las poses que son más convenientes para “el cortejo”. En el proceso de coqueteo femenino, la mujer suele adoptar actitudes de cierta debilidad y sensibilidad, mientras que el hombre tiende a posturas más abiertas, que simbolicen poder. Imaginen aquí a Marilyn Monroe con la cabeza ladeada, en un gesto casi infantil y a la vez recuerden a cualquier galán. En el ámbito profesional es difícil desprendernos de estas actitudes o mantenerlas en el punto en que sumen en lugar de restar. El poder de la seducción puede utilizarse en todos los ámbitos, pero en su justa medida.

 

5- En temas de vestuario, nuestra imagen es más juzgada.

 

Durante muchos años, en el mundo laboral, las mujeres tendimos a “disfrazarnos” de hombres, con sus trajes grises y oscuros. Queriendo ser uno más. Por suerte, creo que hemos llegado a la conclusión de que se puede ser femenina y profesional. Y aunque los vestuarios de ministras y directivas están más en el punto de mira de sus compañeros hombres, éstas pueden hacer compatible su imagen de mujer con una proyección impecable de profesionalidad y autoridad.

 

6- Somos más activas en redes sociales.

Parece que estamos liderando este campo. Según IAB, EL 61% de las usuarias de redes sociales son mujeres. Es una opinión, pero tal vez las mujeres estamos más acostumbradas a compartir, a interactuar entre nosotras. Eso sí, según la revista Muy interesante, ¡ellos querrían parecer más inteligentes, mientras que ellas quieren parecer más atractivas! Quizá aquí entremos en otros temas, como la necesidad de perpetuar la especie.

 

Aún con estas diferencias muy generales, podríamos llegar también a la conclusión de que la comunicación eficaz no tiene sexo. O sí lo tiene ¡afortunadamente para todos! Ser todos iguales sería muy aburrido. Tanto hombres como mujeres tenemos un amplio recorrido en materia de comunicación, sin embargo, conocer estas pequeñas diferencias nos puede ayudar a conocer más al otro y, sobre todo a nosotras mismas. Comunicar de forma eficaz es una habilidad imprescindible para cualquier directivo o directiva.

 

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