BEON. WORLDWIDE Miércoles 19 de diciembre de 2018
Existen infinidad de espacios para organizar un evento: centros de convenciones, palacios de congresos, hoteles, recintos feriales, locales, espacios al aire libre, naves industriales, antiguos conventos, etc. Pero encontrar un recinto que además cumpla unas necesidades estéticas que ayuden a transmitir los valores y la filosofía de la marca es algo más complejo.
No solo buscamos un espacio que cumpla con el aforo y se ajuste al presupuesto estimado. Si queremos que el lugar elegido aporte valor, debemos ir más allá. Por ello, es importante tener claro desde el principio de la gestión, las zonas, el material y el mobiliario que podemos utilizar, quitar y poner a nuestro antojo, teniendo siempre en cuenta aquellas zonas protegidas. La personalización de eventos es una cuestión que en ocasiones suele pasarse por alto.
La caracterización de un espacio es un complejo trabajo de producción que requiere de una planificación previa, un estudio del diseño del espacio y su correspondiente montaje. Los espacios ofrecen multitud de posibilidades al organizador, desde incorporar un toque de calidad, cambiar la estética del recinto o hasta trasmitir, a través de la personalización de materiales, los valores y la filosofía de la empresa.
También se deben tener en cuenta otros aspectos que son imprescindibles y que podremos personificar a nuestro gusto, como la luz, el sonido, la sonorización, los colores, los elementos decorativos, el mobiliario, la escenografía o aquellos detalles que regalamos a nuestros asistentes. Todos ellos son los elementos que construyen cada una de las piezas del puzle, que nos ayudará a convertir nuestro evento en una experiencia de marca inolvidable.
Todo evento que cuente con un espacio personal, único, diferente e innovador, contribuirá de forma significativa a proporcionar experiencias positivas a los asistentes y al éxito del evento.
